Sensaciones

-Mami, mami- Laura era una niña de cinco años con una melena que siempre llevaba recogida. Vivía en Zaragoza y lo que más le gustaba eran los paseos de los sábados.


-Vamos princesa- le dijo su mama llena de orgullo al ver como su pequeña cada día crecía sana y feliz.


Se levantaban temprano con ganas de dar su paseo, primero su mama la llevaba a desayunar se comían un chocolate con churros y se ponían en marcha hacia el puente de piedra.


-¡Ya se ven hija! Hay están majestuosos los leones que protegen el puente.


Cada día le fascinaba más pasar el puente de piedra andando con su madre, ese olor en el aire, ese sonido tan intenso que provocaba el agua bajo sus pies, era el rio EBRO a su paso por Zaragoza, su mama se lo explicaba todo ella no lo podía ver, sus ojitos no veían pero no le importaba pues sentía todas las sensaciones del rio y con eso era feliz.


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