La Medida

Mi tacto es suave ni peso ni abulto pero no paso desapercibida. A mi lado mis hermanas de diferentes colores el mio el de la esperanza. El tiempo que pasé en el expositor callada observando fue muy gratificante. Vi desfilar a todo tipo de personas, casi todas sabían lo que compraban y si algún despistado lo desconocía era informado. Hay que comprarla para regalarla dá buena suerte y su compañía evitará la soledad. Una voz infantil exclamó: mamá quiero la verde, rápidamente pasé al interior de un bolso ¿Dónde acabarán mis días? Me ataron a la cabecera de una cama. ¿Te gusta abuelo? Soy feliz, tantas como he regalado y ahora la recibo yo. Cuéntame. Y este empezó su narración. Viajero y siempre con la Medida en la cartera las repartió por medio mundo. Todos le decían “la distancia nos separará pero nuestra amistad quedará te tendré presente tanto como amigo como en mis oraciones”. Ahora postrado en una cama siento el cariño de todos ellos. No estoy solo, no tengo miedo.


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