Loquillo: “En los tiempos difíciles es cuando se gestan las cosas buenas”

El rockero catalán, de 54 años, firmó ejemplares de su último disco ‘Código rocker’ en la Fnac. Su gira comienza el viernes a las 22.00 en la Sala Oasis de Zaragoz

Loquillo, delante del Centro Musical y Artístico Las Armas.
Loquillo, delante del Centro Musical y Artístico Las Armas.
Aránzazu Navarro

Pasados los años, ¿sigue loquillo o ya ha encontrado la cordura?


En España no hay locos, que decía León Felipe. Ese es el problema.


Para ser feliz, ¿qué quiere?


Un Aston Martin DB5 (el coche de James Bond). Lo que pasa es que Ian Fleming nos engañó. James Bond medía 1,84 y no 1,92, como yo, porque si no, no entras...


Hace 25 años iba a ser una rock & roll star.


¡35 ya!


Y ¿ya lo ha conseguido?


Lo conseguí a los 22. No esperé mucho.


Entre todos los palos que ha tocado, también ha musicado poemas. ¿La música está hecha un poema?


La música debe ser poema siempre. La poesía es el único reducto ecológico que queda en la literatura.


Se lo preguntaba por el sector, más que por el género literario...


Es un sector individualista, por lo tanto, yo pienso en mí. Lo que les ocurra a los demás...


¿Hay muchos trogloditas en el negocio musical?


No, pero en España la cultura no se entiende como industria, sino como una especie de banalidad. Y siempre ha sido así. No olvidemos que en este país se mató a Lorca.


Veo que sigue fiel a darnos titulares, a lo que canta, a eso de "no vine aquí para hacer amigos...".


¡Todo lo contrario! Tengo bastantes amigos y muy buenos. Cultivo la amistad como ley. En cualquier lugar de España y en muchas partes del mundo, siempre puedo llamar a alguien y me ofrecerá su casa. Es lo mejor que me ha pasado en la música.


También ha cantado que el futuro es una ilusión. ¿Por eso vuelve ahora al pasado, regrabando algunas de sus canciones?


No vuelvo al pasado. Muchas de las letras escritas en los últimos 35 años tienen vigencia, eso las hace atemporales. Los temas urgentes son propios de la edad.


Para su último disco recluta a la banda de rockabilly Nu Niles. ¿No era usted ya un cadillac solitario?


He cantado canciones en las que la gente piensa una cosa y la realidad es otra. El ‘Cadillac solitario’ se refiere a todos los sueños dejados atrás, no a un coche.


¿Cuál es el código de un rocker?


Ante todo, es una actitud frente a la mediocridad. Y aquello que no hace falta decir para hacer. (Se incorpora a la conversación Mario Cobo, de los Nu Niles).


Mario: Para nosotros es una cosa natural. Cuando uno hace algo que va con su código, no necesita demostrar nada a nadie.


¿Cómo se gestó está colaboración entre su banda y Loquillo?


Mario: Hace 20 años, le llevé una cinta de mi primer grupo a su casa. Y durante estos años ha habido una conexión, aunque lejana, hasta que nos unió el amigo Jordi Bou de Barcelona. En una comida se gestó todo.


Ha costado dos décadas materializar su colaboración, pero luego lo han grabado en 15 días...


¡No ha costado! Si fuéramos hippies, diría que es una conexión cósmica. Pero como no utilizamos ese lenguaje, diré, parafraseando la filosofía de Lawrence de Arabia, que estaba escrito.


Mario: Y ha llegado en el momento que tenía que llegar.


¿Por qué es un buen momento?


Porque en los tiempos difíciles es cuando se gestan las cosas buenas. Hace 30 años, Ramoncín dijo: "Si vuelve el pop es que algo anda mal". Porque el rock & roll siempre es para tiempos de lucha.


¿Se toma mucho la palabra rock en vano?


Sí. La mejor manera de degenerarlo es llamar rock a todo. Nosotros somos partidarios de seguir reivindicando el rock como actitud y ser totalmente ortodoxos.


Letristas aragoneses, músicos de la tierra, mánager de aquí... Loquillo, ¡está usted en Zaragoza más que el Ebro!


Tengo sangre aragonesa por parte de padre. Supongo que en el aspecto racial soy aragonés y en el económico, catalán (risas).