​La limitación de velocidad del AVE afecta ya a 40 kilómetros al dispararse el robo de cable

El pillaje inutiliza un sistema de seguridad, por lo que los trenes solo pueden circular a 160 km/h y sufren retrasos medios de 10 minutos.

AVE en la Estación Delicias de Zaragoza
?La limitación de velocidad del AVE afecta ya a 40 kilómetros al dispararse el robo de cable
Oliver Duch

Las limitaciones de velocidad que sufre la línea del AVE desde el pasado verano se han ampliado ahora a un segundo tramo en Cataluña tras haberse recrudecido el robo de cable en las últimas semanas, que afecta ya a cerca de 40 kilómetros repartidos por las provincias de Lérida, Tarragona y Barcelona. El saqueo inutiliza uno de los sistemas de seguridad, por lo que los trenes están obligados a circular a tan solo 160 km/h en los dos tramos que están afectados y eso provoca que los viajeros sufren retrasos medios de diez minutos en los trayectos entre Zaragoza y Barcelona.


Fuentes oficiales del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) aseguraron el martes a este diario que no pueden reponer el material al mismo ritmo que se sustrae, ya que el cableado de cobre utilizado no es el convencional y debe fabricarse exprofeso para la línea.


El ente público que se encarga del mantenimiento de la red ferroviaria ha reforzado la vigilancia de la línea de alta velocidad en Cataluña, pero señalaron que la seguridad es una competencia exclusiva de los Mossos d’Esquadra. En este sentido, recordaron que el presidente del ADIF, Gonzalo Ferre, remitió una carta el pasado mes de septiembre al consejero de Interior del Gobierno catalán, Ramón Espadaler, exigiendo un mayor esfuerzo por tratarse de un problema de "orden público".


El pillaje comenzó el pasado verano y hasta principios de año se concentraba en un tramo de 60 kilómetros comprendido entre los términos municipales de Les Borges Blanques (Lérida) y Alcover (Tarragona). El problema se agravó desde principios de año, cuando los robos de cableado se extendieron a un segundo tramo de unos 15 kilómetros situado en los accesos a Barcelona, entre las localidades de Sant Vicenç dels Horts y Gelida.


En el segundo tramo afectado se han tenido que poner también limitaciones de velocidad en las últimas semanas porque el material de repuesto encargado se volvió a agotar: al mismo tiempo que se repone el cableado en un punto, los ladrones lo arrancan en otro sin que nadie ponga fin a esta cadena.


Las citadas fuentes oficiales del ADIF explicaron a principios de año que el ‘stock’ del que disponían las bases de mantenimiento permitiría cubrir las incidencias de un año en situaciones normales, "pero no para reponer de golpe el cableado ante tal número de robos". Su erradicación se complica por el hecho de que la la línea de alta velocidad transcurre por campos, fuera de los cascos urbanos, por lo que las bandas que se dedican al robo de cable puedan actuar con cierta impunidad y las patrullas contratadas por el ente público no pueden dar abasto.Siete meses de incidencias

Para hacerse una idea de las dimensiones del problema, el ADIF detalló que los robos denunciados en siete meses superan el centenar. En el último cuatrimestre del año pasado se notificaron 53 sustracciones, pero solo en los tres primeros meses de 2015 se han superado incluso, al registrarse 54. La mayor parte se siguen concentrando en el tramo comprendido entre Barcelona y Tarragona (34), pero otra veintena se acumulan en los accesos a la Ciudad Condal.


El robo de cableado afecta al sistema de detección de objetos en vía de la línea del AVE, que al quedar fuera de servicio los trenes deben circular "a la vista". Esto supone que la velocidad se reduce de 300 a 160 km/h para que los maquinistas dispongan así de capacidad de reacción en caso de que algo o alguien haya invadido la infraestructura.


A principios de año, las limitaciones afectaban a cerca de medio centenar de kilómetros, pero hace justo un mes se lograron reducir a unos dieciocho. Pese a que los técnicos de las bases de mantenimiento de Montagut y Vilafranca del Penedès seleccionaron los puntos en los que reponer el material para minimizar la situación, la realidad es que la oleada de robos se ha intensificado y los trenes no pueden correr de nuevo a lo largo de unos cuarenta kilómetros, según explicaron las citadas fuentes oficiales del ADIF.