Ocaso

Hoy finalmente la luna ha salido, mostrando su frío y mortal brillo, iluminando de plata todo mi ser. Hace años que llevo preparándome para este momento, pero tengo miedo, nadie quiere que llegue su hora. Me siento extraño, las campanas de Escatrón tañen a lo lejos, pero hace tiempo que la campana muda repiquetea en mi interior. El gran cuervo ha echado a volar y ha bebido de mi esencia, de mis entrañas.

Veo el semblante afligido de los más mayores de esta comunidad, que acuden a mi vera a despedirse y recordar tiempos pasados, aunque saben que yo, en realidad, soy el verdadero anciano. Nací helado, siendo no sólo un mar de agua sino Tresmares, mas no tardé en descubrir el calor que me proporcionaba contemplar los rostros alegres y animados reflejados sobre mí. Ahora, todos ellos me buscan con la mirada pero no me encuentran, casi he dejado de existir. Un último soplo, una última fuerza, aguardando durante un siglo las gotas de lluvia no caídas y heme aquí, convertido en mar de arena.


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