María Dueñas:“No voy a partirme el pecho con nadie que diga que solo escribo 'best sellers'”

La escritora María Dueñas ha publicado su su tercera novela ‘La Templanza’, en la que conduce a su primer protagonista masculino, Mauro Larrea, por México, La Habana y el Jerez de la Frontera bodeguero de mitad del siglo XIX.

María Dueñas habló de su nuevo libro en el ciclo 'Escritoras españolas' de la DPZ
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José Miguel Marco

Sira en ‘Tiempo entre costuras’ y Blanca en ‘Misión olvido’. Mauro Larrea en ‘La Templanza’ es su primer protagonista masculino, ¿quería romper estereotipos?


Me apetecía desde hace tiempo escribir sobre hombres y en ‘Misión olvido’ hice una especie de experimento con dos coprotagonistas importantes. Quedé contenta, me sentí cómoda, salieron unos personajes solventes y eso me dio la seguridad para lanzarme con un protagonista absoluto masculino, aunque hay muchas mujeres potentes a su lado. Ha sido muy grato, interesante y satisfactorio. Nos hemos llevado bien.


¿Quería dejar claro que no escribe solo por y para las mujeres?


No voy a molestarme siquiera en hacerme un esfuerzo por romper las etiquetas, que cada uno piense lo que le dé la gana. Simplemente lo he hecho porque me apetecía, porque quería. La historia, por el momento y las vicisitudes que tiene, requería más un personaje masculino. No tengo que demostrarle nada a nadie.


Se va a hacer las Américas. La historia se desarrolla entre La Habana, México y Jerez de la Frontera en la segunda mitad del siglo XIX...


La idea arranca con Jerez. Quería retornar al Jerez de mitad del siglo XIX de los bodegueros, y explorando aquel mundo supe que algunas de las grandes bodegas de aquella época se habían establecido gracias a españoles que emigraron a las colonias e hicieron fortuna, muchos en la minería de plata mexicana. Por eso Mauro Larrea es un indiano, aunque falso. Me interesaba no solo el Jerez de la producción de vino, sino también el comercio internacional y, sobre todo, con Inglaterra. En la cultura inglesa el ‘sherry’ aparece continuamente en autores como Shakespeare, Chaucer o Agatha Christie.


Así y siendo usted doctora en Filología Inglesa, sorprende que no se recree en Londres...


Londres merece una gran novela. La otra protagonista, Soledad Moltavo, vive allí.


En otras novelas sus trasfondos tenía que ver con sus propias experiencias, el Marruecos familiar, la vida universitaria... ¿qué hay de usted en estos nuevos escenarios?


Nada, excepto mi querencia por los tres que ya conocía y me parecían tremendamente seductores. Por esta falta de conexión personal, y porque es la historia más alejada en el tiempo que escribo, es la que más trabajo me ha costado. He ido más a ciegas porque tampoco hay personajes históricos que me ayudaran un poco a trazar la línea narrativa.


‘La Templanza’ es el nombre del viñedo del protagonista y una virtud de la que parece carecer, ¿la hemos dejado de lado?


A Mauro Larrea le falta durante toda la novela hasta casi el final. Yo creo que es una virtud humana y cardinal altamente deseable, porque en algunas facetas de nuestra vida vamos excesivamente arrebatados, lo queremos todo y ya, y eso crea insatisfacciones, frustraciones y mala leche. Si tuviéramos un poco más de templanza la vida nos resultaría un poco más fácil.


Sus protagonistas son auténticos supervivientes, ¿también usted?


Me gustaría pensar que sí. Yo no vivo las peripecias de ellos, pero soy una persona constructiva. Cuando la vida te da golpes, que nos los da a todos, prefiero tener una actitud positiva, intentar levantarme y continuar con determinación. Me gusta la gente que no se acobarda, que no se queda derrumbada y que busca recursos para seguir adelante. Prefiero pensar que soy una de ellas,


Tras el éxito de la serie ‘El tiempo entre costuras’, ¿se ha sentido presionada por una posible adaptación televisiva?


Yo he intentado férreamente no verme contagiada. Estaba escribiendo ‘La Templanza’ y tenía cinco millones de espectadores en Antena 3. He procurado blindarme conscientemente porque, si no, hubiera escrito un guión potencial. No quería que la novela naciera con un alma distinta a la suya, que coja vuelo sola y, lo que tenga que venir, vendrá.


Desde la distancia, ¿cómo ve el polémico decreto Wert del 3+2?


No tengo una opinión. Me parece que son pérdidas de tiempo y energía, hay prioridades más importantes y urgentes que andar continuamente cambiando los planes educativos.


¿Le molesta la etiqueta de escritora de ‘best sellers’?


La palabra ‘best seller’ se está manipulando. Ahora hay un uso pervertido de ella como si fuese un género literario en sí mismo carente de calidad, pero tampoco me voy a partir el pecho con nadie porque tenga esta mirada torticera y manipuladora. Un ‘best seller’ es algo que vende mucho y de ello estoy encantada.