La DGA destina 60.000 € a la restauración de la iglesia de Miravete, presupuestada en un millón

El alcalde advierte de que si la Administración no actúa de inmediato, el templo, del siglo XVI, "se va a caer". El proyecto de consolidación surgió a raíz de la campaña publicitaria ‘El pueblo en el que nunca pasa nada’.

Dos vecinos de Miravete contemplan la iglesia, un templo gótico del siglo XVI.
Dos vecinos de Miravete contemplan la iglesia, un templo gótico del siglo XVI.
Antonio García/ Bykofoto

El alcalde de Miravete de la Sierra, José Listo, ha advertido de que si el Gobierno aragonés no interviene de inmediato, la iglesia parroquial, un templo gótico del siglo XVI, "se va a caer". El proyecto de rehabilitación estructural redactado en noviembre de 2011 por encargo de la DGA ni siquiera ha arrancado, a pesar de que los presupuestos de la Comunidad Autónoma de 2013 incluían una partida de 600.000 euros para iniciar la ejecución. La partida se eliminó para cumplir los objetivos de déficit y no ha vuelto a reponerse.


La DGA ha presupuestado una inversión de 60.000 euros para 2015 destinados a reparar la cubierta, muy dañada y que provoca filtraciones. El alcalde señaló que "solo montar los andamios costará 40.000 euros". A juicio de Listo, el andamiaje debería aprovecharse para acometer una actuación más ambiciosa. El proyecto de 2011 surgió, en gran medida, a raíz de la exitosa campaña publicitaria ‘El pueblo en que nunca pasa nada’, uno de cuyos propósitos fue, precisamente, reparar el tejado de la iglesia, declarada Bien de Interés Cultural desde 2001.


El arquitecto redactor, Ángel Juste, vinculó la operación de marketing lanzada por la agencia Shackleton con el encargo del proyecto. Recordó que, también como consecuencia de aquella novedosa campaña publicitaria y su repercusión mundial, técnicos de Cultura visitaron el templo para emitir un informe, "algo que nunca antes había ocurrido".


El proyecto tenía un presupuesto de 888.520 euros –sube a 911.109 euros con el IVA–. Las actuaciones previstas se reparten entre la torre, la cubierta y los muros. La intervención más costosa es la de la cubierta, con 403.182 euros. Incluye la sustitución del tablero de madera que soporta las tejas –muy dañado–, la impermeabilización del nuevo soporte y el cambio de las tejas, rotas o desaparecidas.


Otro apartado del proyecto, dedicado al campanario, advierte de que la torre presenta "problemas estructurales de grietas" derivados de la entrada de agua. También acelera la degradación la "gran cantidad" de excrementos de paloma acumulada en el interior. La restauración de ese elemento asciende a 325.941 euros.


Otro aspecto a corregir son las grietas y problemas estructurales de los muros, provocados por la entrada de agua. El proyecto propone instalar un sistema que frene la penetración de humedad desde el suelo consistente en un alambre especial enterrado alrededor del templo. La técnica, llamada ‘electroósmosis pasiva’, ya está experimentada con buenos resultados.


Listo dijo estar "cansado" de advertir a la DGA del mal estado del monumento, que "está mucho peor de lo que parece". Afirmó que algunas partes de la cubierta, como la del ábside, "corren serio peligro de hundimiento". Lamentó también que el Obispado, titular del edificio, "no mueva ficha".