Aragón vende a los turoperadores un turismo religioso inmune a la crisis

Este fin de semana visitan la Comunidad 4 de las agencias más importantes de México y Portugal. Solo la Semana Santa genera 16 millones de euros en Zaragoza y 8,7 en el Bajo Aragón.

Jornada de la Familia en Torreciudad
Aragón vende a los turoperadores un turismo religioso inmune a la crisis
HERALDO

Para los zaragozanos que cruzan cada fin de semana el puente de Piedra no resulta nada extraño toparse con grupos organizados, parejas y familias que tratan de hacerse un hueco para inmortalizarse con el río Ebro y el Pilar como telón de fondo. Aunque no todos, muchos de ellos llegan a la capital aragonesa para conocer sus rincones de inspiración católica, con la basílica como referente estrella.


El turismo religioso deja cada año varios millones de euros en toda la Comunidad. Solo la Semana Santa aporta 16 millones a la economía zaragozana, según las cifras de 2014 recabadas por el Consistorio; y otros 8,7 millones de euros en el Bajo Aragón, donde se celebra la ruta del Ruta del Tambor y del Bombo, tal y como refleja una tesis doctoral presentada en la Universidad de Zaragoza. La Semana Santa es la segunda celebración más multitudinaria del año en la capital aragonesa. El año pasado motivó la llegada de casi 70.000 turistas (por los 25.000 del Bajo Aragón), una cifra que el Ayuntamiento espera superar a partir de este domingo.


La DGA tiene puestos sus ojos en este nicho, al que todavía le queda margen de crecimiento. "Estos días recibimos a cuatro turopeadores muy importantes con los que sería muy interesante contar, dos de Portugal y otros tantos de México, a los que vamos a mostrarles los santuarios y todo lo que puede ofrecer Aragón", explica Elena Allué, directora general de Turismo. Los datos que maneja el Ejecutivo autonómico hablan de que el 40% de los turistas que recalan en la Comunidad lo hacen para visitar el patrimonio. "Aunque es complicado adivinar quién lo hace por un motivo religioso y quién por razones culturales", matiza Allué.


La basílica del Pilar -por la que según los datos de la DGA pasan alrededor de un millón de visitantes al año- está enmarcada dentro de la Ruta Mariana, del mismo modo que el santuario de Torreciudad, en el municipio de Secastilla, en la provincia de Huesca. Junto a ellos figuran Montserrat, Lourdes y Meritxell, configurando un eje movido por la fe pero que genera pingües beneficios en el tejido hostelero y comercial de los respectivos territorios. Unos destinos que aguantan la recesión mejor que otros de distinta vocación.


Esta buena tendencia la certifica el responsable de la gestión de la Ruta Mariana, Joaquín Bellido: "El turismo religioso está soportando muy bien la crisis porque el perfil de los viajeros es el de un turista muy fiel, que siempre busca un destino religioso. Además son personas que realizan un gasto importante, fundamentalmente formado por parejas mayores o familias, aunque también estamos viendo como cada vez hay más gente joven que se apunta al turismo de tipo religioso, especialmente desde la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud".


La ruta mariana está coordinada desde 2012 por el operador turístico Aradex, al que pertenece Bellido. "Dentro de ella, el Pilar es un punto fundamental, mientras que Torreciudad sigue siendo menos conocida. Lo bueno de su incorporación a la Ruta Mariana es que mucha gente del sur y de comunidades como la madrileña hacen una parada en Zaragoza en su peregrinación hacia Lourdes", apunta.


Los turistas que llegan a Aragón motivados por la fe no son solo españoles, sino que también llegan peregrinos de países europeos como Italia o Polonia. "Además, hay cada vez más latinoamericanos que vienen a España a pasar muchos días y que tienen la basílica del Pilar en su mapa. Hay un volumen muy importante de agencias especializadas que traen un gran flujo de fieles de México, Colombia, Argentina o Brasil", señala Bellido.


210.000 visitantes el pasado año en Torreciudad

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El movimiento que genera el santuario de Torreciudad supone parte del sustento de los hoteles, restaurantes y comercios de La Ribagorza. "Sin ser la General Motors, constituye una fuerte de ingresos muy importante para todo el territorio. Que en El Grado -localidad a los pies del centro promovido por el Opus Dei- haya dos gasolineras y tengo tantos restaurantes y hoteles no es casualidad", apunta José Alfonso Arregui, director de comunicación del Patronato de Torreciudad.


El santuario recibió 210.000 peregrinos a lo largo del año pasado. "Se trata fundamentalmente de un público familiar, que genera pernoctaciones y mucho movimiento turístico por los alrededores, ya que aprovechan para visitar lugares cercanos y practicar otras actividades", añade Arregui. Desde el Patronato tienen buenas expectativas de cara al futuro y ven con buenos ojos "la inversión a largo plazo" que supone su inclusión dentro de la Ruta Mariana.


26 euros por día y peregrino


El Camino de Santiago es el máximo exponente del turismo religioso en España. Dividido en diferentes rutas -que acaban confluyendo en una vía única- la principal en Aragón parte del puerto del Somport hasta llegar a Undués de Lerda, último municipio antes de dar el salto a Navarra, en cuatro etapas -o más, dependiendo del paso del peregrino-. Según la Federación de Amigos del Camino de Santiago, el gasto de cada caminante alcanza los 26 euros diarios. Se estima que el tramo aragonés es recorrido cada año por unas 4.000 personas, por lo que atendiendo al desembolso estándar y al número de etapas se deduce un impacto económico de más de 400.000 euros en las comarcas más septentrionales.


Además, a lo largo de los últimos años se han desarrollado en la Comunidad otras rutas de inspiración religiosa que poco a poco van ganando adeptos. Es el caso del Recorrido del Santo Grial, que parte del monasterio de San Juan de La Peña y llega hasta Valencia o el Camino Ignaciano, entre Loyola y Manresa, que atraviesa Aragón en siete de sus 27 etapas.