El Ebro deja miles de hectáreas anegadas en la ribera baja e inunda la A-1107, aún en obras

La rotura de las motas durante la riada de hace un mes hace que las afecciones en los cultivos sean similares con la mitad de caudal.

La mitad de agua, pero casi la misma superficie inundada. La crecida ordinaria del Ebro dejó ayer miles de hectáreas de cultivo anegadas a su paso por la ribera baja. La rotura de numerosas motas durante la gran riada de hace un mes hizo que el agua volviera a cubrir en muchas zonas la misma extensión que entonces, lo que agravará los daños.


Además, también se anegó la carretera A-1107 que une Pina con la N-232 y donde el 2 de marzo las palas tuvieron que romper un tramo para evitar que el agua entrara en el pueblo, por lo que permanece cortada. Esta vez, explicó la alcaldesa, María Teresa Martínez, el río saltó la vía en otro punto distinto, y allí centró sus esfuerzos el operativo desplegado por la DGA, que había enviado bombas de achique.


Mientras, los operarios que reparan la carretera se afanaban en proteger la zona de obras. Según comentó Martínez, desde la semana pasada se trabajaba en habilitar un paso provisional para restablecer cuanto antes la circulación. "Estaba previsto que se abriera la semana que viene, pero ahora habrá que ver cómo responde", dijo. La reapertura es prioritaria para la zona. El corte de la A-1107, sumado al hundimiento de la autopista autonómica (ARA-1) en Villafranca, obliga a dar un rodeo de entre 50 y 70 kilómetros para cruzar el Ebro.


Precisamente, los trabajos acometidos en los últimos días en la ARA-1 por la concesionaria, Acciona, han generado indignación en Villafranca. El alcalde, Roberto González, criticó que se hayan tapado dos de los ojos del puente para crear motas que protegieran la infraestructura. "No nos han comunicado nada", recriminó el regidor, quien señaló que durante la pasada riada la autopista "hizo de dique" y agravó los daños. "Nos han convertido en zona inundable", añadió José Antonio Romero, que hace un mes perdió sus 1.600 cerdos al anegarse su granja, próxima a la ARA-1. González calculó que el 90% de las 700 hectáreas de huerta "se han echado a perder" tras inundarse dos veces por la rotura de la mota, pese a que ahora solo ha pasado la mitad de caudal. En Zaragoza la punta llegó en la madrugada de ayer con 1.380 m3/s, frente a los 2.610 del día 2.


En Fuentes también se han anegado de nuevo las 800 hectáreas de cultivo tras ceder 12 kilómetros de defensas. "Se ha perdido la primera cosecha y tampoco se va a poder sembrar el maíz, por lo que habría que empezar a hablar del lucro cesante", reclamó la alcaldesa, María Pilar Palacín.


"Con una riada como esta no se tendría que inundar nada, ni nos preocuparía si no fuera porque el agua entra por todas partes y es imprevisible", comentó su homóloga de Pina, donde 400 hectáreas han vuelto a quedar bajo las aguas, igual que otras 300 en El Burgo.

Zaragoza tomará medidas

Por otra parte, el Ayuntamiento de Zaragoza acordó ayer en pleno, a instancia de IU, adoptar medidas para prevenir y paliar los daños por las avenidas del Ebro, como estudiar soluciones para las zonas con usos "inadecuados". Entre ellas, se citaron la residencia de Monzalbarba o Torre Urzaiz, en Movera.