Lorena Sánchez, periodista: "cuando el de letras entiende la ciencia, la cuenta mejor que nadie"

Redactora jefe de ‘Quo’ y autora del blog Homínidas (Algeciras, 1968), participó en la VI jornada de Divulgación Científica de la Universidad de Zaragoza.

Sánchez, en un rincón del Paraninfo de Zaragoza.
Lorena Sánchez, periodista: "cuando el de letras entiende la ciencia, la cuenta mejor que nadie"
Aránzazu Navarro

-La ciencia ¿con sangre entra?

No, la ciencia es algo diario y que fascina. Cuando alguien está a punto de ver un acontecimiento astronómico y se va a dar cuenta de cómo la tierra se va a mover... Es cierto que hay que medir cuánto sabe el que te va a escuchar, pero entra fácil. Y se demanda.


-Y los de letras, ¿cómo contamos las ciencias?

Cuando el de letras entiende la ciencia, la cuenta mejor que nadie. No hace falta ser un erudito, pero sí conocer el lenguaje del astrofísico o del genetista. Si sabes de qué hablan, lo contarás con poesía.


-¿’Quo’ va el periodismo científico?

Tiene mucho desarrollo. Hay una incursión de científicos que empiezan a hacer divulgación. Y nuestra evolución, aunque parezca increíble, es hacia una especie cada vez más inteligente, que se hace más preguntas. Y solo desde la ciencia se van a poder contestar.


-Trabajó en un proyecto para conocer cómo es el cerebro de famosos. ¿Cómo estaba el de Ferran Adrià? ¿A punto de ebullición?

Fue fascinante. Hay unas ondas, las alfa, que entran en relax cuando cierras los ojos, y en su caso no ocurría. Y cuando le dabas a probar cosas, se activaba el área de la visión, no la del gusto. Esto se hizo en el 2000 con los primeros cascos para leer las ondas electroencefalomagnéticas del cerebro. Eran horribles, tenías que raspar el cuero cabelludo para ponérselo...


-Leo en su blog que es más fácil encontrar un alien que a tu media naranja. Menudas esperanzas para los solteros.

¡Es todo lo contrario! ¡No te lo has acabado de leer!


-Lo confieso.

Según los estudios científicos, hay más probabilidad de una señal alienígena de que haya una media naranja para ti, teniendo en cuenta la gente que ha vivido, vive y vivirá. Pero ¡esto es una liberación!: no hay que buscar una media naranja, sino que hay millones de personas disponibles para una relación.


-Por cierto que su blog dice que «las mujeres ya no son materia oscura». La ciencia ¿es machista?

Nada es machista. La mujer ha roto muchas fronteras y seguirá haciéndolo. Pero no podemos desvincularnos de nuestro pasado histórico. Hay un test sobre la brecha de género en el cine y yo quiero hacerlo para todo el mundo y ver qué roles siguen apareciendo, sin darnos cuenta, porque pertenecemos a una cultura, a una educación...


-¿Qué diría Marie Curie hoy?

¡Uy, si tuviera Twitter! El acceso de la mujer es cada vez más abierto, pero queda una barrera: que se entienda que los hijos son 100% de padre y de madre. Cuando podamos tener hijos libremente, porque esté garantizado su cuidado, se solucionaría el acceso de la mujer al mercado laboral.


-En quince años relatando progresos científicos, ¿cuál le ha impactado más?

Infinidad de cosas. Me impactó mucho la primera vez que recibí una resonancia magnética... ¡y por mail! Era de un dalai lama, para un estudio sobre meditación. Hoy es común extraer imágenes del interior del cerebro, pero entonces... ¡me quedé alucinada! Y en general, todo lo que tiene que ver con la secuenciación del genoma humano. ¡El ADN explica tantas cosas!


-Su publicación realizó un ranquin de científicos. Pero ¿se puede medir que uno sea mejor que otro?

Hay una metodología científica, basada en las referencias de cada uno. Pero nosotros lo confiamos a un jurado. ¿Cómo valorar el mejor científico? ¿El que estudia el cáncer? ¿El que ha mandado una sonda a Plutón?


-Habló en Zaragoza sobre el periodismo de tres pistas. Deme una pista de lo que dijo.

Hablé de que, al final, hacer periodismo científico se trata de dar el mayor espectáculo del mundo, como lo fue el circo cuando empezó a dar actuaciones en pista. Somos un espectáculo de calidad y con contenido. Eso es lo que el público demanda y aplaude.