Una medalla devuelta, dos loas y un vacío que se llena

La Academia de San Luis recordó ayer la figura de su expresidente José Ignacio Pasqual de Quinto.

El presidente de la Academia, Domingo Buesa, junto a la viuda del homenajeado, su familia y varios académicos
El presidente de la Academia, Domingo Buesa, junto a la viuda del homenajeado, su familia y varios académicos
Aránzazu Navarro

En 2015 se hubiesen cumplido 28 años del ingreso de José Ignacio Pasqual de Quinto y de los Ríos como académico de número de la Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis. Su inesperada muerte en 2013 dejó un gran vacío en el seno de esta institución que ayer, de alguna forma, se llenó en parte. En una solemne sesión celebrada en su memoria, se reconoció su figura y su trabajo, que tuvo un objetivo claro: salvaguardar, conocer y promover el patrimonio y la cultura de Aragón.


Fiel reflejo de la huella que dejó fue la nómina de invitados, entre los que había familiares y muchos compañeros del homenajeado. Su viuda, Miriam Santos-Suárez; sus hijos, Isabel, María y Fernando, y sus tres nietas, Sol, Mencía y Jimena, asistieron a la sesión y entregaron al tesorero, Armando Serrano, la medalla que ostentó Pasqual de Quinto. Fue un gesto que forma parte de la tradición de la Academia.


El secretario Javier Sauras abrió la sesión con la lectura del acta e inmediatamente tomaron la palabra dos académicos. Miguel Caballú pronunció el discurso laudatorio. De su figura destacó su dominio del arte, "el trato fácil que tenía con la gente y una de sus mayores ilusiones, que no era otra que ir al mercadillo de anticuarios". Fue un gran coleccionista de arte, "cuidadoso y meticuloso", dijo, y no dudó al señalar que en los 12 años que estuvo de presidente en la Academia, "la situó directamente en el siglo XXI".


Wilfredo Rincón aportó la visión más científica desgranando su extenso currículum profesional. "Tenía una magnífica biblioteca, grandes conocimientos y una erudición importante". De sus publicaciones destacó, "por lo útiles que son para el trabajo diario", los libros de Los Sitios y sobre los académicos de San Luis.


La sesión la clausuró el presidente de la institución, Domingo Buesa, quien puso el acento en su vinculación con Zaragoza. "Ese ejemplo –señaló– es el que debemos transmitir a las generaciones futuras: mantener el amor a la ciudad, que es donde aprendemos a vivir en libertad y a asumir nuestra cultura y nuestra civilización".


Académicos como Javier Ferrer, José Luis Pano, Fernando Alvira, Joaquín Soro, Emilio Reina o Darío Vidal escucharon atentamente las intervenciones, además de otros asistentes como el Justicia Fernando García Vicente; el presidente de la Audiencia Provincial de Zaragoza, Julio Arenere, o la presidenta de HERALDO, Pilar de Yarza.