Jaime Buhigas:“Todo profesor tiene que tener mucho de actor”

Buhigas es director de teatro y actor. Su vocación docente le hizo especializarse en educación. Participó en el ciclo de Ibercaja Educar para el Futuro.

Jaime Buhigas en una imagen de archivo.
Buhigas, a la entrada del Patio de la Infanta de Ibercaja
Óliver Duch

Vino a Zaragoza con ‘Elogio de la locura’ bajo el brazo. ¿Nos quería decir algo en concreto?


¡Totalmente! Siempre que viajo, me meto en una librería. Y, a veces, los libros te llaman. Y este cada vez es más difícil de conseguir. Y la locura ¡es hora de reivindicarla!


Fundó el movimiento Aprendemos todos. Pero ¿eso es verdad? ¿Todos aprendemos?


¡Obligatoriamente! Si el profesor no tiene la sensación de estar aprendiendo, que suene una alarma, hay algún problema. A nivel de crecimiento personal, o caminamos juntos o hacemos el bobo.


Hace años escribió ‘Matemáticas divertidas’. ¿Es eso posible?


Por supuesto. Hoy, hay que recuperar un amor por el conocimiento y por el estudio en el que las matemáticas, de repente, tienen un papel terrible. Es osado lo que voy a decir, pero creo que es porque están mal enseñadas y muchos profesores no las conocen suficientemente bien.


Una clase ¿puede ser divertida?


Por supuesto.


Y a usted, ¿qué no le hace ninguna gracia?


Que no se aprenda, que los niños estén desmotivados, que se aburran, que se aburran los profesores, que estén siempre quejándose, el mundo de la queja y del conformismo a la vez...


Con un 6 y un 4, ¿usted hace algo más que un diez?


Un diez, un retrato y muchas cosas más. Con los números se pueden hacer maravillas.


¿Qué considera usted de diez?


Todo lo que potencia la libertad, mental, emocional, espiritual...


Tiene más carreras que Usain Bolt. ¿Era estudioso o creativo?


¡Siempre he sido un empollón! Mucha gente que trabaja en la mal llamada innovación educativa, que no es innovación, sino buscar la recuperación de cosas que hemos perdido, dice que viene rebotada de su propia experiencia. No es mi caso: yo iba feliz al colegio, me encantaban los lunes.


Entonces, sería criticado. El muy estudioso no se ve bien...


Tenía cierta vida social como para pasar desapercibido. Pero creo que hay gente que tiene recuerdos gratos del colegio y ¿por qué no? ¡Lo normal tendría que ser eso!


Da clases de Teoría y Práctica de la Creatividad. ¿En qué fallamos más? ¿En la práctica?


Por supuesto. La teoría no sirve para nada y menos en la creatividad. Pero España tiene una identidad creativa y artística, no hay más que ver la historia del arte. Es verdad que se centra mucho en el individuo, en los genios que aparecen, que parecen excepciones. Pero hay un grado de libertad y de intuición rotundo, que dan la geografía y el pasado.


También es director de teatro, ¿por qué los chistes comienzan "se abre el telón"?


¡Me parece mal! Habría que dignificar el teatro, igual que la educación. Como otras artes, ha caído en el ámbito de lo que denominamos cultura, que hoy asociamos a ocio. Pero la cultura es algo más que hacer que la gente se entretenga, eso es solo una parte. Es inducir a pensar, a sentir, a conocerse.


Usted, cuando se abre el telón, ¿se ríe o se pone nervioso?


Cuando se abre el telón, estés donde estés, en el patio de butacas o en escena, tienes que sentir un escalofrío. Tienes que esperar de una manera emocionada que vaya a pasar algo muy importante.


Y la clase ¿debe ser una escenificación?


Si se puede, sí. Todo profesor tiene que tener mucho de actor. Yo pondría clases de Arte Dramático en las escuelas de Magisterio, por los recursos: el tono de la voz, los gestos, el lenguaje no verbal...


¿Qué clase de clase le gusta?


Me gustan todas las asignaturas. Al final, son una excusa para contar cosas mucho más importantes porque, de cada una, el 80% de la información se olvidará. Y lo que le quedará al alumno es la experiencia, cómo era el profesor, qué relaciones se establecían...