Aragón sigue apostando por el diésel, con 24.000 turismos más, frente a la tendencia europea

París y Londres legislan para reducir su presencia en las calles por su alto nivel de contaminación.

Contaminación atmosférica
Aragón sigue apostando por el diésel, con 24.000 turismos más, frente a la tendencia europea
EFE

Los conductores aragoneses siguen apostando por los vehículos diésel. Así se refleja al menos en los registros de la Dirección General de Tráfico (DGT) de los últimos años. Mientras el parque automovilístico de gasolina ha menguado en más de 30.000 unidades en la Comunidad (al pasar de 280.351 en 2010 a menos de 250.000 el año pasado), el de gasóleos ha crecido en más de 24.000 turismos llegando a superar los 317.000.


Una tendencia que viene reflejando las políticas de impulso de este tipo de vehículos con carburante diésel de las últimas décadas, pero que no se hace eco, al menos de momento, del cambio de rumbo que parece haber tomado la comunidad científica y el sector de la automoción recientemente.


El motivo no es otro que la elevada contaminación de los coches diésel. Ciudades como París ya han anunciado que a partir de 2020 quedará prohibida la circulación de estos vehículos por sus calles, en el marco de un plan para reducir la polución en la capital francesa.


Una postura similar a la que tomó la ciudad de Londres el pasado otoño, al anunciar un plan de renovación de vehículos por el cual se abonarán en torno a 2.500 euros a todo aquel conductor que cambie su coche diésel por otro nuevo de gasolina. El objetivo es retirar de la circulación 150.000 turismos de sus calles.


Los estudios científicos parecen claros y señalan la elevada contaminación que genera la combustión de los diésel (a los que se acusa de contaminar cuatro veces más que los de gasolina). Si hace unas décadas se apostó por ellos dado que emitían hasta un 20% menos de dióxido de carbono (CO2), ahora se ha visto que otros componentes, como las partículas PM y los óxidos de nitrógeno (NOx) son mucho más perjudiciales para el medio ambiente, y en especial para las denominadas boinas de polución que afectan sobre todo a las grandes urbes.


Además, hay quien recuerda que la compra de un coche con motor diésel no siempre es rentable, a pesar de la creencia popular contraria. Un reciente informe establece que para recuperar la inversión adicional que supone la adquisición de un coche diésel es preciso recorrer de media más de 160.000 kilómetros en la vida del vehículo y sólo a partir de 200.000 kilómetros se empezaría a generar un retorno cercano a 1.100 euros a favor de los motores de gasóleo.


Parámetros que parecen seguir sin convencer a los conductores aragoneses, que siguen apostando por el diésel. Por su parte, el crecimiento de los híbridos y eléctricos sigue disparándose, aunque todavía representan un porcentaje residual del total del parque automovilístico. De los 46 turismos existentes en Aragón en 2010 se ha pasado a los 370 actuales.

Más motos, menos furgonetas

Por otro lado, y en este caso marcado por la crisis económica, el cambio más sustancial en la radiografía sobre ruedas de la Comunidad es la reducción del número de furgonetas y camiones. En la actualidad sigue habiendo registrados más de 146.000, pero son 14.000 menos que hace cuatro años, cuando rozaban las 160.000.


El freno en la actividad económica y la pérdida de autónomos ha traído consigo este descenso en las matriculaciones, que se ha visto reflejado en una reducción del tráfico rodado en las carreteras y autopistas aragonesas.


En cambio, el número de motos no ha parado de crecer hasta el punto de que en ese periodo de tiempo su presencia en las calles y vías de la Comunidad se ha incrementado en casi 6.000 unidades, lo que ha obligado, por ejemplo, al Ayuntamiento de Zaragoza a ampliar el espacio destinado para el aparcamiento de estos vehículos.