El Ebro pierde fuerza a su paso por Zaragoza, pero su rastro perdura en las dos márgenes del río. Aunque el nivel ayer bajó hasta los 5,04 metros en la capital aragonesa –llegó a alcanzar los 6,10 la madrugada del lunes al martes–, los bajos, trasteros, sótanos y garajes de decenas –tal vez cientos– de edificios siguen afectados. Los bomberos de la capital aragonesa y las propias comunidades de vecinos por su cuenta tienen trabajando de forma casi permanente cientos de bombas que sacan agua al exterior.

Vadorrey, Las Fuentes, el Casco Histórico, La Almozara, el Arrabal y el Actur son los barrios más afectados. En algunas manzanas han sufrido daños el cien por cien de los edificios. Es el caso de los bloques del Casco Histórico más cercanos a la desembocadura del Huerva. Al igual que ocurre en la margen contraria con el Gállego, este río no encuentra espacio para desembocar en el Ebro debido al gran caudal con el que se topa, por lo que los daños se multiplican.

Así, en los edificios que se encuentran entre la fábrica de Instalaza y el Huerva, los bomberos de la capital aragonesa tenían ayer por la mañana prácticamente todos los portales abiertos, con bombas en los bajos y mangueras sacando agua. Como contaban David Falcón y Juan Carlos Paracuellos, el objetivo era"evitar que el agua llegue a los cuadros eléctricos"."Poco a poco se ve que está aflojando el nivel del río", apuntaban a media mañana. Zacarías Morales, vecino del número 15 de la calle de Eduardo Taboada, contaba que esta riada"no es habitual", aunque sí había visto los bajos de su edificio anegados en alguna otra ocasión.

El cuerpo de Bomberos de Zaragoza afrontó ayer actuaciones similares en la avenida de La Almozara, en las calle de Mariano Baselga (Arrabal), Monasterio de la Oliva (Las Fuentes), Pedro Saputo (Actur)... Además, las lanchas siguieron recorriendo el río, principalmente para rescatar animales de diversas granjas del entorno de la capital aragonesa.

Del mismo modo se vieron afectados los museos del Foro Romano –donde también sacaron agua ayer los bomberos– y del Puerto Fluvial. El primero está cerrado al público, con pequeñas fugas de agua filtrándose por las paredes. No es una gran cantidad de agua y no ha afectado, al menos de gravedad, a los restos romanos, pero ayer se podían ver charcos a los pies de las cloacas de la época del emperador Tiberio.

En el caso del Puerto Fluvial, ayer había un metro y medio de agua en el foso del museo. Se trata de una zona en la que hay filtraciones con las riadas, pero pocas veces como en esta avenida: ayer, el metro marcaba entre 1,30 y 1,40 metros de altura."Ha entrado más que en 2003", comentaba el personal que conoce bien las instalaciones. Como se trata de una zona que se puede cerrar al público, ayer el museo estaba abierto, a pesar de que los muros romanos de mampostería permanecerán meses húmedos.

El agua también entró en las dependencias del Registro Civil de la calle Alfonso I, aunque este edificio está a más de 300 metros del río. Si bien no se vio afectado ningún archivo, por precaución, los documentos fueron trasladados a la nave del polígono Centrovía de La Muela, donde se almacenan los expedientes cuando ya están cerrados.

Donde se va recuperando poco a poco la normalidad es en los viales de comunicación de la ciudad. Ayer a las 14.00 pudo abrir el más necesario, el Tercer Cinturón a la altura de La Jota, cuyo cierre generaba problemas de tráfico en momentos puntuales en la zona. Sin embargo, sigue sin poderse cruzar la pasarela del Voluntariado. Ayer se abrió durante unas horas, pero los bomberos la volvieron a cerrar por precaución al observar una grieta en la zona que recibe la carga del tablero del puente. Hoy se revisará.

Tampoco se puede entrar aún al parque del Agua, el más grande de la ciudad, que continúa acumulando mucha agua en algunas zonas. Por el contrario, el Ayuntamiento reabrió el frente fluvial por la bajada del nivel del río.