Experto de la UZ: "Las presas son lo que más daño hace al río"

Un profesor de Geografía responde así a las declaraciones de Tejerina sobre el recrecimiento de Yesa y Biscarrués para paliar la avenida del Ebro.

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Envuelo

El profesor del departamento de Geografía y Ordenación del Territorio de la Universidad de Zaragoza Alfredo Ollero ha advertido este martes de que para paliar los efectos de las crecidas de los ríos "no se pueda estar confiando siempre en los embalses" y ha dicho que las presas son "lo que más daño hace al río".


Ollero, presidente además del Centro Ibérico de Restauración Fluvial, ha respondido así a las declaraciones realizadas este martes en Zaragoza por la ministra de Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, en las que ha afirmado que si hubieran estado ejecutados el recrecimiento de Yesa y el embalse de Biscarrués se hubieran reducido los efectos de la última avenida del Ebro.


En declaraciones, Ollero ha reconocido que Yesa ha realizado una labor de regulación y ha señalado que los embalses son una parte de la gestión, que "reducen la punta de la crecida pero la alargan en el tiempo".


Frente al impacto medioambiental que según la ministra causan las riadas, este geógrafo ha advertido de que las crecidas son "necesarias para que el río sobreviva" y que si se eliminaran, al evitar los sedimentos, "se mataría al río".


Ha puesto como ejemplo el Gállego, que "no necesita Biscarrués", y al que la a su juicio excesiva regulación lo está "destruyendo como río".


Ollero ha insistido en que las crecidas "son las que limpian y dan vida a los ríos", por lo que la defensa de los embalses es una "postura decimonónica" que "se mantiene por corporativismo e inercia del pasado".


Tampoco piensa que quienes defienden estas posturas o los dragados del río sea por desconocimiento o por falta de información sino "porque no quieren conocerla".


Este profesor de Geografía aboga por suprimir presas para dar continuidad al río y ha informado de que en total en España ya se han destruido doscientas, de ellas en Madrid una de 25 metros y otra en el País Vasco de 13.


Al igual que ya se ha hecho en Holanda y Alemania a raíz de las inundaciones de 2002, Ollero también defiende que se devuelva el espacio al río mediante la expropiación o la compra de terrenos así como llevar a cabo una ordenación del territorio para que se haga un uso compatible con las inundaciones, retranquear las motas y declarar a las zonas afectadas territorios de riesgo con las correspondientes indemnizaciones.


Ollero no descarta tampoco las hipótesis de que las infraestructuras construidas en el meandro de Ranillas para la Exposición Internacional de 2008 en Zaragoza hayan podido influir en el comportamiento más virulento en el río en este tramo.


Según Ollero, en el Ebro "nada ha cambiado salvo que hay más cosas dentro", por eso aboga por aplicar el plan medioambiental del Ebro aprobado en 2005, un estudio que, ha recordado, supuso un "enorme esfuerzo" y que consta de 47 tomos, de los que el se encargó de dos.


"Ni infraestructuras ni dragado", sino que lo que hay que hacer es "aprender a convivir" con ese riesgo, ha sentenciado este experto.