Partituras para el siglo XXI

Cada vez cuesta más estrenar una pieza compuesta en nuestros días. En estos tiempos de crisis, la música contemporánea sufre un arrinconamiento en las programaciones de los auditorios y salas y apenas se edita. Pese a ello, existe una gran efervescencia de jóvenes compositores que luchan para que sus obras se oigan

Hoy contamos con una de las generaciones de jóvenes compositores de música contemporánea más preparada y, sin embargo, en estos tiempos de crisis económica, la obra de reciente creación apenas tiene espacio en las programaciones de auditorios y salas que apuestan por repertorios que garantizan la venta de entradas.


El catedrático y jefe del departamento de Composición y Dirección del Conservatorio Superior de Música de Aragón, Agustín Charles (Manresa, 1960), tiene claro que se vive un momento de ‘impasse’. Sabe por experiencia propia que "es más fácil estrenar fuera de España, el circuito que comenzó en España terminó con la crisis". A este perfil responde el altoaragonés José María Ciria (Benasque, 1990). Se licenció en Composición en junio pasado en el Conservatorio Superior de Madrid. El próximo 28 de febrero presenta en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid el primer proyecto de M14 de Creación Contemporánea, un colectivo en el que participa junto a otros siete jóvenes compositores que abogan por una visión renovada de la creación. Para la obra ‘Voces’ cada uno de ellos ha escrito una pieza sobre la situación de la mujer en el mundo.


Para conectar con el público, defiende que la música tiene que abrirse a otras disciplinas y desarrollar el concepto de "música al límite". "Hay que actualizar los mecanismos para hacer música y trabajar con gente de otros campos, desde la arquitectura a las impresoras 3D y la cocina". Uno de sus proyectos es un laboratorio de creación con varios profesionales de otros campos. La puerta a la docencia también la quiere dejar abierta y se irá a Berlín a cursar un máster. En verano estrenará una obra para la Flauta Prónomo de Julián Elvira (evolución de la travesera).


Profesor es el zaragozano David Serrano. Estudió en su ciudad natal piano, dirección de orquesta y composición, aunque esta última la terminó en Sevilla, cuando ya trabajaba en un conservatorio profesional. Tanto el Grupo Enigma (que vuelve a tocar su ‘Elegías. Homenaje a Luis Cernuda’) como el Trío Salduie le han hecho encargos. Sigue componiendo y ejerce la docencia en Úbeda, aunque lamenta que Aragón no le dé "esta posibilidad que anhelo tener algún día".


Buscarse la vida en el extranjero

Ismael Palacio (Zaragoza, 1986), termina este 2015 el máster en Composición que le llevó a Malmö (Suecia) cuando salió del centro zaragozano. Disfruta de una pequeña beca y en la ciudad en la que vive, Lund, da clases de piano y teoría de la música. Va a continuar allí un tiempo más. En dos años y medio ha estrenado casi 10 obras en el

país y tiene otras dos en cartera. "Actualmente estoy desarrollando algunos proyectos artísticos que incluyen arte conceptual y música unida al ‘performance’, teniendo como tema la muerte y la moral junto con sus contradicciones".


¿Vivir de la composición? "En España hay que introducirse en el circuito artístico. Si compositores dieran clases maestras de cómo moverse en el mundillo, me apuntaría de cabeza, sería mucho más útil para los jóvenes inocentes compositores de conservatorio", contesta irónico. Opositar no entra en sus planes. "Cada vez hay menos plazas públicas y te deja menos libertad para hacer lo que quieres. Me estoy enfocando más en realizar mi carrera por libre tocando más temas aparte de la composición en sí". Es uno de los fundadores de Ecomusicarte, una red social en internet para músicos profesionales.