“Es como si me poseyera el espíritu de Diego”

David Caballero encarna a Diego de Marcilla con la intención de darle una impronta personal al personaje.

Isabel de Segura y Diego de Marcilla, los protagonistas absolutos de Las Bodas de Isabel
“Es como si me poseyera el espíritu de Diego”
Jorge Escudero

¿Está nervioso ante su inminente entrada en escena?


Afronto el momento con la tranquilidad que me da tener el texto bien aprendido y con el papel interiorizado. Casi se puede decir que estoy poseído por el espíritu de Diego. Además, haber participado en la obra otros años como escudero y como Pedro de Azagra me permite conocer a fondo el recorrido que mañana –por hoy– haré como Diego y saber a qué me voy a exponer.


¿Y a qué cree que se expondrá?


Más o menos sé a lo que me enfrento, pero el hecho de ser protagonista supone más presión por lo que respecta a la valoración del público y sobre todo de los medios de comunicación. Pero no tengo nervios como los que se tienen cuando te enfrentas a un examen que no te sabes bien. Ese no es mi caso.


¿Le tiene miedo a alguna escena que sea especialmente comprometida?


Lo que más me preocupa es el cortejo fúnebre, porque me pegaré dos horas inmóvil haciéndome el muerto. No te puedes ni rascar ni siquiera parpadear. Por lo que me han contado los intérpretes de otros años, se pierde la noción del tiempo.


¿Cómo ha ensayado el papel de muerto?


Durante los ensayos del funeral, permanecía inmóvil, pero la duración no es comparable a la del cortejo fúnebre.


¿Cuánto tiempo lleva preparando su papel?


He ensayado entre cinco y siete horas todos los días desde mediados de enero.


¿Qué consejos le han dado sus antecesores?


Me han explicado algunas cuestiones, pero no les pido consejos ni creo que sean buenos porque cada actor le da su impronta al papel. Se trata de hacer un poco tuyo el personaje.


¿Y cómo es su personaje?


Es un enamorado. Se marcha a la guerra por amor a Isabel de Segura, pero vuelve convertido en un guerrero que ha demostrado su valentía.