El Huesca comparte el liderato

La goleada al Leioa en el Alcoraz iguala a los oscenses a puntos con el Castilla y con el Real Unión de Irún

El gol anulado a Mainz al final hubiera dado al Huesca la primera posición del grupo.
El Huesca comparte el liderato
Javier blasco

Tres goles de bella factura y la puntilla de Mainz devolvieron al Huesca a la cabeza, ayudado además por el empate del Castilla y la derrota del Real Unión. La segunda victoria en siete partidos este año hace que los azulgranas, segundos, compartan liderato con madrileños y vascos. Así está la zona alta. Ayer se deshicieron de un Leioa que jugó con diez durante más de una hora y ofreció toda las dificultades que le fueron posibles. Faltó una diana para ser primeros, pero eso ahora quizá sea lo de menos.


Con el 1-0 y tras el 1-1 el Huesca navegó cómodo. Fueron Josan y Mérida quienes echaron sal al ataque azulgrana apoyados en un Mainz que sigue justificando su fichaje. El pivote catalán sacó la zurda a pasear con un protagonismo llamativo para tratarse de su segunda aparición y debido a su prolongada inactividad.


Si Josan atendió a la llamada del tren, Mainz exhibió su acostumbrada condición ubicua. Forzó dos amarillas por sendos agarrones en los primeros minutos, capital la de Simón, y cayó a las bandas para buscar oportunidades. A los cuatro minutos extrajo un saque de esquina; en el 10, sin resuello, remató fuera un envío de Fran Mérida y en el 19 peinó al palo largo un balón parado de, cómo no, Fran Mérida. Camacho y Tyronne lo intentaron antes de la segunda tarjeta de Simón. Una acción evitable, pues sujetó de la camiseta a Manolo en el centro del campo y sin peligro aparente.


El Leioa, que no tenía ninguna prisa, reaccionó con defensa de cinco y una resistencia que solo duró cuatro minutos. En el 32, Mainz realizó su enésimo robo, combinó con Mérida y este dio una asistencia perfecta de primeras a Josan para que le cruzara la bola al portero. El Huesca sabía de los tropiezos de los demás y, con el viento en contra, realizó un primer periodo prometedor.


El Leioa, que había enseñado una defensa falible, no perdió el norte e igualó en el 48. Tenía que salir a relucir la magia para desatascar la tarde y agitó la varita Tyronne con un taconazo de espaldas a lo Valerón que habilitó a Gaspar en el 66 y convirtió al extremeño en el revulsivo de casi siempre. La asociación que tanto ha dado esta campaña recuperó la calma, porque en el 70 el canario lanzó un cañonazo en la linde del área tras capturar el rechace de un saque de esquina. Domado el león, Mainz hizo el cuarto en el 90.