Maná municipal, sablazo al ciudadano

La plusvalía se ha convertido en el maná municipal. Pero entre los ayuntamientos aragoneses, Zaragoza gana por goleada. No solo tiene el tributo en el máximo legal. Además es el que menos bonificaciones aplica a las herencias. A este cóctel se le suma el catastrazo de 2013

Si hay un impuesto polémico es el que grava la plusvalía. Especialmente en los tiempos que corren, en los que sacar el más mínimo beneficio por la venta de un inmueble es casi misión imposible tras años de desplome del mercado inmobiliario. Pero al margen de los vaivenes del ladrillo, el tributo ahí sigue, imperturbable, siendo por un lado el maná de los ayuntamientos y, por otro, convirtiéndose en el símbolo de los sablazos al ciudadano. Pero en los distintos municipios aragoneses, hay un caso que sobresale: Zaragoza, con una combinación de tipos al máximo, catastrazo y limitadísimas bonificaciones, ha conseguido que este tributo pueda convertirse en un drama a quien le toca pagarlo.


La plusvalía, también conocida como el impuesto sobre el incremento de los terrenos de naturaleza urbana, es un tributo municipal que se liquida en casos de venta de inmuebles, usufructos, herencias o donaciones. Se calcula con el valor catastral del suelo, al que se le aplica un coeficiente en función del número de años de tenencia y un tipo. En Zaragoza capital ese tipo está en el máximo posible (30%). También los coefientes que se aplican por la antigüedad del inmueble han llegado al tope legal. Pero a este escenario se suma la revisión catastral de 2013, que como mínimo ha duplicado los valores del suelo y que en algunos casos los ha llegado a sextuplicar.


Y la guinda de esta tormenta perfecta está en las escasas bonificaciones fijadas por el Ayuntamiento para las sucesiones, que provocan en ocasiones auténticos dramas familiares cuando llega este tributo, dado que la herencia de una vivienda o un local no suele ir acompañada de liquidez. Solo hay que poner un ejemplo. Una casa convencional, con un valor catastral de unos 53.000 euros se enfrentaría a un recibo de unos 9.500 euros, según fuentes del sector inmobiliario. Sin el efecto de la revisión catastral, el recibo se habría quedado en unos 4.200.


El propio Justicia de Aragón apunta en su último informe que el recibo de la plusvalía, junto al del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), ha sido "una queja permanente y real" por el incremento en los valores catastrales. Y los tribunales de justicia se están empezando a llenar de pleitos vinculados ante este impuesto municipal.


Solo hay que comparar. En Zaragoza, en los casos de herencias, hay una bonificación del 75% en los inmuebles con un valor catastral inferior a los 40.000 euros. Si la propiedad está entre los 40.000 y los 70.000 euros, el descuento es del 45%. La escasa incidencia de estas rebajas se confirma con los datos: solo un 30% de los contribuyentes zaragozanos que pagan la plusvalía por una herencia se benefician. El resto, tiene que abonar íntegramente el impuesto y, si deciden fraccionar el pago, tienen que asumir los intereses.


En Huesca y Teruel la situación es muy diferente. La capital mudéjar tiene los mismos tipos impositivos que en la capital, pero las bonificaciones son muy distintas cuando se trata de una herencia: es de un 40% en los casos de transmisiones por causa de muerte a favor de descendientes en primer grado y alcanza el 60% si se trata de la vivienda habitual. En Huesca, tanto los tramos por antigüedad como los tipos de gravamen son inferiores, pero existe una bonificación del 95% en transmisiones ‘mortis causa’ referente a vivienda habitual o de terrenos para el desarrollo de negocio empresarial a título individual.

En Calatayud, tanto los tipos impositivos (del 22,5% al 27%) como los tramos por años también son inferiores al del resto. Pero incorporan un abanico de bonificaciones para las herencias que oscilan entre el 30% y el 60%. Solo Barbastro o Alcañiz tienen una situación equiparable a la de Zaragoza (tipos máximos y escasas bonificaciones), pero con valores catastrales mucho más reducidos.

Suben los ingresos

¿Cuánto supone este impuesto para las arcas públicas? La mayoría de los municipios han mantenido estable su recaudación de plusvalía, que suele representar entre el 1% y el 2% del total de ingresos. La única excepción es Zaragoza: el impuesto sobre el incremento de los terrenos de naturaleza urbana supone el 8,5% y ya es el segundo tributo en volumen después del IBI. En total, en la capital aragonesa se recaudaron 58,49 millones de euros por este tributo en 2014, un 140% más que en 2012, año previo al catastrazo.


En Huesca se recaudaron 992.802,67 euros en 2013 (todavía no hay datos de 2014), una cifra en la línea de 2012 (968.124,41). Para 2015 se han previsto unos ingresos de 885.000 euros. En Teruel, sí ha subido notablemente la recaudación: de los 335.914,91 euros que se ingresaron en 2013, se ha pasado a 494.000 en 2014 (a la espera de la liquidación definitiva). Fuentes del Ayuntamiento de Teruel indicaron que el aumento? podría estar relacionado con la venta de las viviendas del Polígono Sur, una zona de nueva construcción, dado que los tipos impositivos han permanecido invariables los últimos cuatro años. En Calatud se recaudaron en 2014 189.195,69 euros, frente a los 194.539,93 de 2013.