Más de 4.700 trabajadores prolongan su vida laboral tras los 65 años en Aragón

La mayoría trabaja en el sector servicios y sólo unos pocos en una entidad pública.

A sus 68 años de edad, Francisco lleva más de 27 detrás del mostrador de su tienda de comestibles en el Casco Histórico de Zaragoza. Aunque tiene más que ganada la jubilación y un descanso después de una intensa vida laboral -antes de poner en marcha el negocio trabajó en una cadena de montaje durante una década y antes tuvo otros trabajos-, este zaragozano ha decidido seguir trabajando hasta que un día, simplemente, no le apetezca.


"No me veo sin venir abrir la tienda -de apenas un puñado de metros cuadrados- y sin hacer lo que vengo haciendo durante tantos años", explica Francisco, parco en palabras y discreto (ha preferido no ser fotografiado). "Cuando cumplí los 65 tuve bien claro que no me iba a quedar en casa, así que ni me planteé retirarme". ¿Y si algún día el negocio deja de ser rentable? "Lo cerraré y a otra cosa. Nadie me obliga a trabajar, ni tengo la necesidad, pero muchos preferimos seguir en activo que estar parados", abunda.


Como Francisco, otros 4.743 aragoneses mayores de 65 años siguen en activo a pesar de haber superado la edad que marca la jubilación, según se extrae de los datos de la última Encuesta de Población Activa de 2014. Algunos de ellos pertenecen a colectivos en los que el trabajo de despacho prima sobre el físico y gozan de buenas remuneraciones y un importante reconocimiento laboral. Es el caso de jueces, médicos y catedráticos de universidad. Otros ciudadanos necesitan mantener una fuente de ingresos al ser su pensión insuficiente para atravesar la actual coyuntura económica.


La mayor parte de los aragoneses que superan la edad natural de retiro trabaja en el sector servicios (especialmente en el comercio al por menor), seguido de lejos por la industria, la construcción y la agricultura. La inmensa mayoría desarrolla su trabajo en la empresa privada, mientras que poco más de 800 lo hacen en el sector público.


A tiempo parcial


El empleo a tiempo parcial es la modalidad más frecuente entre los trabajadores de mayor edad, ya que en casi todos los supuestos es compatible con el cobro de la pensión. La cuantía que el trabajador ingresa de las arcas del Estado disminuye conforme se incrementa su jornada laboral. Además, cada año que se pospone el descanso supone un incremento del 2% en la pensión que el perceptor cobrará de manera inmediata.


Condiciones


El salario que percibe el trabajador que se acoge a este modelo está en relación con el de un empleado a jornada completa de la misma empresa, que realiza una labor idéntica o parecida y con un tipo de contrato de trabajo similar.


Si por el contrario no tiene ningún compañero que desempeñe una labor del mismo corte, se considerará la jornada a tiempo completo prevista en el convenio colectivo al que se encuentre adscrito. La reducción de la jornada laboral ha de estar entre un mínimo del 25% y un máximo del 75%.


¿Quién quiere trabajar después de los 65?


Un estudio que ha hecho público el Instituto Aviva -que realiza informes periódicos acerca del mercado laboral y de pensiones- señala que el 46% de los españoles estaría dispuesto a seguir en activo unos años más. Según la última la encuesta de actitud de los consumidores, los españoles son junto a los irlandeses "los ciudadanos europeos más dispuestos a alargar su vida laboral, en contraste con países como Francia, donde tan sólo uno de cada cuatro ciudadanos (24%) trabajaría después del retiro".


Más allá de los ciudadanos españoles a los que les gustaría trabajar después de la jubilación, un resultado que parece bastante alejado de la opinión de la calle, el 47% del total de los encuestados considera que tendrá que hacerlo por necesidad.