"Estoy contenta con mi trabajo de profesora, aunque es precario y no sé cuánto durará"

En 2010, Marta Ibáñez, con dos carreras y un año de experiencia como profesora en un colegio de EE.UU., estaba en paro. Y un poco desanimada: "Es frustrante ver que no hay nada, que ni me contestan. Sabía que sería difícil encontrar trabajo, pero pensaba que algo saldría", contaba entonces. Ahora, es profesora interina en un colegio bilingüe de Zaragoza y su balance de estos cinco años es positivo.

Marta, zaragozana de 29 años, estudió Magisterio especializado en Inglés y Publicidad y Relaciones Públicas. Después se marchó un año como profesora visitante a un colegio de Chicago (fue seleccionada por un programa del Ministerio de Educación). Volvió en 2010 y estuvo casi un año en paro, hasta que se presentó a las oposiciones de maestros de 2011. "Aprobé con buena nota, pero no saqué la plaza. Me quedé en buena posición en la lista de interinos y en octubre de 2011 me llamaron para cubrir una baja en el colegio Hilarión Gimeno", cuenta.

Desde entonces prácticamente no ha dejado de trabajar de profesora: en el colegio Hilarión Gimeno de Zaragoza, luego en el Miguel Servet de Fraga y desde septiembre de 2012 en el José Antonio Labordeta de Zaragoza. Como a todos los profesores interinos desde hace unos años, la despiden en junio y la vuelven a contratar en septiembre, un par de días antes de empezar las clases, por lo que no cobra durante el verano. Hasta que no vuelvan a convocar otra oposición de su especialidad, no puede optar a una plaza fija.

"Estoy contenta con mi trabajo, aunque es precario y no sé cuánto durará. El futuro es incierto. Me gusta ser profesora y me gustaría poder seguir en este colegio, pero depende de las oposiciones y nunca se sabe. También me gustaría volver a salir al extranjero y seguir formándome", afirma esta joven, que sigue siendo muy vitalista e inquieta. Ya no vive con sus padres, se independizó hace un año y medio.

Marta da clase de "Literacy" (Inglés) a niños de Primaria en el colegio José Antonio Labordeta, uno de los centros de Zaragoza que participan en el programa bilingüe del British Council. "Me gusta este tipo de enseñanza, es muy diferente a los métodos tradicionales. Los niños aprenden mucho. Yo no uso libros, trabajo con canciones, cuentos, vídeos. Se trata de acercar el inglés de la calle al aula", explica esta profesora.

"Mi balance de estos cinco años es positivo. He trabajado mucho para abrirme puertas y sigo formándome. A los niños intento inculcarles la importancia de los idiomas. Les animo a que aprendan mucho inglés. Lo van a emplear cuando viajen, cuando busquen trabajo en el futuro, si tienen familiares en el extranjero", afirma Marta.