El fiscal pide 17 años de cárcel para Losilla por matar y descuartizar a su mujer en Ricla

Cree que el marido de Pilar Cebrián, movido por los celos, la golpeó hasta la muerte, troceó el cadáver y después lo arrojó en contenedores de La Almunia y Zaragoza.

Ni los más ímprobos esfuerzos de la Policía, que durante los dos últimos años ha removido literalmente cielo y tierra –revisando pozos de hasta 250 metros de profundidad, cribando cientos de kilos de despojos y porquería acumulados en un antiguo nevero e incluso recurriendo a la prueba del P-400 o test de la verdad– han permitido localizar el cadáver de Pilar Cebrián Embid, la vecina de Ricla a la que se dio por desaparecida a comienzos de abril de 2012, cuando tenía 50 años. Sin embargo, la Fiscalía considera que las pruebas practicadas durante todo este tiempo son suficientes para demostrar que la mujer murió a manos de su marido, Antonio Losilla Longares, de 57 años, quien, movido por los celos, acabó con su vida a golpes, descuartizó el cuerpo, lo metió en bolsas y lo arrojó en varios contenedores de escombros de La Almunia y Zaragoza. Hechos por los que acaba de solicitar que se imponga al presunto homicida una pena de 17 años de cárcel y una multa de 15.000 €


La presentación del escrito de calificación del Ministerio Público ante el Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 2 de Zaragoza indica que la instrucción de este macabro caso entra en su fase final y que en unos meses podría celebrarse el juicio con jurado en la Audiencia Provincial. De hecho, en los próximos días le llegarán también al juez tanto la calificación de la acusación particular, a cargo de las letradas Laura Vela, Soraya Laborda y Carmen Sánchez, como la de la defensa, que ejerce el penalista Javier Notivoli. La familia –están personados en la causa el hijo varón de la fallecido y un tío abuelo– ya ha adelantado que pedirá una pena incluso mayor que la de la Fiscalía, mientras que el abogado de Losilla propondrá al tribunal popular su libre absolución. De hecho, esta parte ha insistido siempre en que no hay ninguna prueba que incrimine a su cliente.


La acusación pública está convencida de que Antonio Losilla –que lleva desde el 30 de octubre de 2012 en prisión provisional– decidió matar a su esposa cuando esta le dijo que iba a dejarle. Las desavenencias entre la pareja –que contrajo matrimonio en 1986 y tiene dos hijos– habían comenzado en 2011, cuando, al parecer, Pilar Cebrián empezó a quedar con otros hombres a través de distintas redes sociales. El ahora acusado descubrió las infidelidades colándose en la cuenta de correo electrónico de su mujer, a la que llegó a espiar durante alguna de sus citas. Según la Fiscalía, esta situación generó en Losilla una cuadro obsesivo de origen celotípico y le llevó a maquinar un plan para acabar con la vida de Pilar Cebrián.


Las prolijas investigaciones del Grupo de Homicidios permiten concluir al ministerio público que el crimen se perpetró la tarde del 2 de abril de 2012 en el garaje de la casa que la familia tiene en Ricla. Asegura que fue también allí, sobre una mesa cubierta con un plástico, donde Losilla descuartizó después a la víctima aprovechándose de sus conocimientos como carnicero, profesión que ejerció durante varios años. Y fue precisamente de esa mesa de donde la Policía Científica extrajo después restos biológicos y sangre de Cebrián.


No usó la picadora de carne


Los investigadores descubrieron que el supuesto homicida recuperó en aquellas fechas una picadora y una cortadora de carne, posiblemente, con intención de usarlas para deshacerse del cuerpo.Sin embargo, la Fiscalía dice ahora que no pudo usarlas porque los enchufes eran de tipo industrial.


Losilla intentó ocultar el crimen diciendo a todo el mundo que su mujer se había marchado y no fue hasta finales de abril cuando denunció su desaparición. Además del homicidio, con la agravante de parentesco, la Fiscalía acusa a Losilla de falsedad documental por simular su firma para vender su coche –con el que supuestamente trasladó el cuerpo descuartizado– a un empresario libio.