Wert aprueba los grados de tres años con el rechazo del rector y los estudiantes

La DGA decidirá si los implanta tras reunirse con las universidades y los alumnos amenazan con ir a la huelga

Wert aprueba los grados de tres años con el rechazo del rector y los estudiantes
Wert aprueba los grados de tres años con el rechazo del rector y los estudiantes

Pese a contar con el rechazo de los estudiantes y la mayoría de los rectores, el Gobierno central aprobó ayer un polémico decreto que permite a las universidades ofertar grados de tres años en lugar de los cuatro actuales. El ministro de Educación, José Ignacio Wert, defendió que esta medida equiparará las carreras españolas con las de la Unión Europea, ya que la mayoría de los Estados miembros ofrecen grados de esta duración. Según argumentó, este cambio permitirá que los españoles tengan más fácil estudiar fuera (y también que los extranjeros se matriculen aquí). Sin embargo, alumnos, sindicatos y partidos de la oposición cargaron duramente contra el ministro porque el coste de la matrícula "se va a disparar".


Y así es. Porque la reforma de Wert cambia el actual sistema universitario, que desde Bolonia estaba basado en grados de cuatro años más uno de máster (un posgrado que permite al estudiante especializarse y tener los créditos suficientes para empezar el doctorado). Ahora, se pasará al formato 3+2, es decir, tres años de carrera –que en la mayoría de los casos bastará para ejercer la profesión– más dos de posgrado para doctorarse. Pero hay que tener en cuenta que, en las universidades públicas, el crédito de máster cuesta de media el triple que el de grado.


A modo de ejemplo (y como se aprecia en el infográfico), estudiar la carrera de Economía en la Universidad de Zaragoza y sacarse después un máster de Contabilidad y Finanzas vale ahora 6.744 euros. Pero, con este cambio, esos mismos cinco años le costarán al estudiante 8.568 euros, ya que el cuarto curso, en vez de ser de grado, será ya de máster. En definitiva, casi 2.000 euros más.

En manos de cada universidad

Pese a esta evidencia, Wert defendió lo contrario: que estudiar en la universidad va a ser más barato que antes. De hecho, dijo que si todas las carreras pasan a tener tres años, las familias españolas se gastarán, en total, 150 millones de euros menos en matrículas al eliminarse el cuarto curso. Y aunque es verdad que si solo se estudia la carrera, esta saldrá más barata (al tener un curso menos), Wert obvió que las empresas –y más ahora dado el fuerte desempleo– buscan a personas cada vez más formadas y especializadas (es decir, con algo más que la carrera). Sin olvidar que el propio plan Bolonia anima, por definición, a sacarse un posgrado para mejorar la empleabilidad.


El ministro recordó que este cambio no afecta a profesiones reguladas (como Medicina y Arquitectura, que continuarán como hasta ahora). También defendió que esta medida no es obligatoria, sino que será cada universidad –de acuerdo con la comunidad autónoma– la que voluntariamente decidirá si ofrece grados de tres años o no a partir del próximo curso. No obstante, este matiz preocupa muchísimo a los rectores, ya que podría darse el caso de que la misma carrera –por ejemplo, Filosofía– se oferte por tres años en Sevilla y por cuatro en Zaragoza. Esto provocaría dos problemas. El primero, una posible fuga de alumnos a esos campus con carreras más cortas. Y el segundo, que el estudiante de Sevilla y el de Zaragoza tendrían el mismo título aunque uno habría estudiado un año más que otro. O lo que es lo mismo, pese a tener una mayor formación, a efectos legales ambos tendrían el mismo nivel.

Críticas del rector Manuel López

La Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE), que preside el rector de la de Zaragoza, Manuel López, convocó ayer una reunión urgente para este lunes para analizar esta situación. López, como ya había hecho anteriormente, criticó que este decreto se haya publicado tan pronto, sin apenas tiempo para estudiarlo, y cuando aún no hay datos sobre el resultado que están dando los grados de cuatro años recién implantados por Bolonia. De hecho, en muchos campus todavía conviven los últimos estudiantes de licenciatura con los de grado.


El presidente de la CRUE pidió de nuevo una moratoria en la aplicación de este decreto y, en todo caso, vio necesario que las universidades se pongan de acuerdo para que los grados duren lo mismo en todas las universidades, es decir, para evitar esa posible fuga de alumnos. De hecho, la CRUE teme que algún campus se aventure a crear grados de tres años y esto obligue al resto de instituciones a reaccionar y a tener que hacer lo mismo para evitar un descenso de matriculados. También critica que esta reforma va a permitir que las administraciones reduzcan la transferencia de dinero a las universidades públicas al recortarse un año de grado, cursos que en parte están subvencionados.


En Aragón, desde el Departamento de Educación prefirieron ser prudentes y solo apuntaron que en breve habrá una reunión con las propias universidades (la de Zaragoza y la San Jorge) para tratar este tema. Por su parte, PSOE, CHA e IU criticaron la medida y las asociaciones de estudiantes decidirán en los próximos días si convocan una huelga.