Una actriz de 21 años crea un musical que se estrenará en el Palacio de Congresos

La zaragozana Clara Camín trata en ‘La revolución del arte’ sobre la crisis de los artistas. El espectáculo, que no cuenta con ayudas, se llevará a escena el próximo 3 de enero.

La actriz y pastelera Clara Camín.
Una actriz de 21 años crea un musical que se estrenará en el Palacio de Congresos
Cristina Giménez

El lema de Clara Camín –zaragozana nacida en 1993, actriz y pastelera– podría ser "Todo por un sueño". El sueño se llama ‘La revolución del arte’ y es un musical, protagonizado por una decena de actores, cantantes y bailarines, que se estrenará en el Palacio de Congresos el próximo 3 de enero.


La historia de este montaje parece un cuento de hadas o una ficción de Navidad. Clara siempre se ha sentido atraída por los musicales, pero quedó literalmente cautivada durante su estancia de dos años en Madrid, entre 2011 y 2013. Hizo teatro, asistió a los principales musicales y regresó a Zaragoza con una quimera entre ceja y ceja. Se apuntó a un curso de monólogos en el Teatro de las Esquinas, con Joaquín Murillo, y eso fortaleció su tentativa.


"Lo tiene todo"


"El musical me parece el espectáculo más complejo y más completo. Lo tiene todo: teatro, canción, danza... Cuando asisto a un montaje de calidad como ‘Rey León’, ‘La bella y la bestia’, ‘Los miserables’ o ‘Aladino’, pongamos por caso, me meto en mí misma y en ese instante desaparece el mundo. Me fascina ver cómo el público disfruta con la música y con los personajes", confiesa.


Tanto es así, que empezó a trabajar, poco a poco, en un montaje: ‘La revolución del arte’. Escribió el libreto, le dio vida a los personajes y un día decidió convocar un castin.


La experiencia de Ignacio Estaregui –su película ‘Just&cia’ nació de su pérdida de empleo– fue estimulante para ella: concertó una cita con el realizador, quiso saber más cosas de su apuesta y se entusiasmó: quien quiere puede, vino a decirse. "Sí, fue así. Publiqué noticias en prensa, puse carteles, utilicé las redes sociales y se presentaron 150 personas". Ella misma, en Casas de Juventud y Centros Cívicos, realizó la elección del reparto: a los candidatos les mandaba un texto, les pedía que actuasen y cantasen una canción, etc.

Escogió el elenco, contó con la ayuda de un coreógrafo de la República Dominicana, y se puso manos a la obra.


¿Cuál era su bagaje, en realidad? Clara Camín se sincera, padece la ansiedad del preestreno. Así, de entrada, parece tener más ilusión que formación: "No sé cantar, soy básicamente actriz, pero tenía algunas ideas. Trabajaría, ensayaría, ultimaría aspectos del vestuario, del decorado, de las canciones, me dije. Y eso he hecho: he dirigido y he organizado la pieza, y he aprendido muchísimo". Por ahora todo es una incógnita, pero Clara Camín se ha atrevido a casi todo: a escribir algunas canciones y a adaptarlas a músicas existentes de Smash y Ricardo Arjona, a desarrollar algunos diálogos.


Cinco personajes sin fortuna


"‘La revolución del arte’ es una obra que habla de la crisis, de la imposibilidad de trabajar y de vivir del arte. De lo que nos gusta. Cuenta la historia de cinco personajes básicos sin demasiado fortuna: una actriz, un pintor, una cantante, un bailarín y una escritora. A todos ellos se les opone alguien que se llama Míster Estético, que es un personaje perverso, maquiavélico y engreído. La pieza también es de denuncia y aquí se critica también el IVA que está muy alto", resume.


Clara Camín dice que la escritora es Celia Artal, a la que define como una "actriz muy completa, que hace algo de baile y que posee una bella voz quebrada"; el pintor es Manuel Vázquez, un toledano de 24 años, que "canta muy bien, posee un espléndido chorro de voz"; el bailarín es Jorge Riela, de 16 años, que estudia en la Escuela de Danza y sueña con dedicarse solo al ballet; la cantante es Irene Bona, "que tiene experiencia de teatro"; la actriz es Andrea Pons, que "canta y actúa muy bien con estilo naturalista"; y Míster Estético es Juanjo Martínez, jienense de 21 años, que atesora "una voz potente y grave que le pega muy bien al personaje", señala Clara. Este elenco, y algunos componentes más, que los hay, trabajan desde septiembre. Ahora, en vísperas del estreno, ensayan seis días a la semana y, más de una vez, dice, "me emociono en los ensayos". "Se entregan", añade.


Ya puesta, a Clara Camín no le detiene nada. Ha formado una asociación cultural y ha contratado para el 3 de enero el Palacio de Congresos, que le costará 5.800 euros ("ya he pagado dos plazos", dice), e invertirá 3.200 euros más en el montaje; en total, ‘La revolución del arte’ tiene un presupuesto de 9.000 euros. No cuenta con ayudas, aunque hace una excepción: "Mis padres me animan muchísimo y mi madre está siempre al quite. ‘¿Qué necesitas?’, me dice", revela Clara Camín. Todo sale de sus ahorros y de su oficio de pastelera; ella trabaja por la mañana y ensaya por la tarde; su marido, el artista Francisco Gil, pinta por la mañana y atiende la tienda en la jornada vespertina. "Estoy tranquila. Hemos hecho varios ensayos generales. Soy muy perfeccionista y soñadora. Estamos trabajando muy duro y confío en nosotros. En todo el equipo". Lo dicho: esto se parece a la fe ciega, al sueño desbocado y contagioso. Ya se han vendido 450 entradas, que cuestan entre 16 y 21 euros. Clara, con un candor casi infinito, invita a la insurrección de la cultura.