Las segundas opiniones médicas, el derecho a tener un segundo diagnóstico sobre una enfermedad grave, aumentan en la Comunidad. Su número no es desproporcionado, según opinan desde la Dirección General de Calidad y Atención al Usuario (que es competente en este tema), pero es importante: en lo que va de año, y a la espera de que se cierre el ejercicio, un total de 103 aragoneses han solicitado una segunda opinión médica. Esta cifra representa un 25% más que en 2013, año en el fueron 83 los pacientes de la Comunidad que pidieron tener un informe médico alternativo con el que contrastar el diagnóstico dado, en primera instancia, por su facultativo.

Desde el área de Calidad y Atención al Usuario del Gobierno de Aragón, su directora general, Lourdes Rubio, explica que este derecho es ejercido por aquellos pacientes que quieren "abrir expectativas" al tratamiento médico que se les ha recomendado o desean tener una "mayor firmeza" en el diagnóstico realizado por su médico. En opinión de Rubio, hay que descartar que la solicitud de una segunda opinión médica conlleve siempre una desconfianza del paciente para con su médico o para la propuesta terapéutica que este le plantea: "Nuestra experiencia es que se solicita para una mayor tranquilidad del enfermo –apunta–, para ver si existen otras posibilidades".

Hay que recordar que en Aragón el decreto que desarrolla este derecho se publicó en 2010 y en él se recoge en qué situaciones y para qué casos puede solicitarse: de manera general, se trataría de dolencias graves (tumores, enfermedades raras y degenerativas, dolencias coronarias graves, etcétera). De ahí el interés de los enfermos por tener la certeza de que el informe médico es el correcto y que la propuesta terapéutica planteada es la adecuada.

Para Rubio, lo más importante es que los aragoneses conozcan que esta posibilidad existe, "que se tiene ese derecho", recuerda. Y que se sepa que para los casos de salud más graves, para los diagnósticos que nadie querría escuchar, se puede solicitar un segundo informe médico que nos dé confianza. Según los datos facilitados por esta dirección general, la gran mayoría de estas segundas opiniones son coincidentes con la primera, por lo que –tal y como queda regulado en el decreto–, el paciente sigue su tratamiento en el centro hospitalario en que estaba en principio. Para los casos en los que la segunda opinión no es coincidente, es el enfermo el que tiene la posibilidad de elegir entre quedarse en su hospital o solicitar ser tratado en el segundo, del que proviene la segunda opinión médica.

Asimismo, desde Calidad y Atención al Usuario se explica que desde que el decreto se publicó y hasta ahora, se han recibido 408 solicitudes para una segunda opinión (58 en 2010; 87 en 2011; 77 en 2012; 83 el año pasado y 103 en lo que va de 2014). De ellas, aproximadamente el 65% se estimaron y el 25% se rechazaron por no ajustarse a los supuestos clínicos para los que puede pedirse un segundo diagnóstico. El 10% restante correspondieron a renuncias de los propios solicitantes.

De todas las peticiones aceptadas, el 85% de ellas se están resolviendo con los recursos del propio Sistema de Salud de Aragón, es decir que la gran mayoría de las segundas opiniones médicas se están solicitando a hospitales aragoneses. El resto de las solicitudes se envían a los centros de San Juan de Dios (en Barcelona) y Marqués de Valdecilla (en Santander) con los que la Dirección General de Planificación y Aseguramiento tiene convenios de colaboración.

La primera comunidad que reguló este derecho fue Navarra, que lo hizo en 1998. Andalucía publicó su decreto en 2003, Extremadura lo hizo en 2004, Castilla y León, País Vasco y otras autonomías lo regularon en 2008 y Aragón lo hizo en 2010. La solicitud de la segunda opinión puede hacerse ya desde el portal de Salud Informa.