María Frisa, La escritora firmó su último libro

‘Cómo sobreviví a la madre de Pavlito’ exprime el día a día hasta el esperpento.

Jana Catalán, Javier Romero, María Frisa, Miriam Galán y Julia Millán, en Bantierra.
María Frisa, La escritora firmó su último libro
G. Mestre

Divertida, inteligente, surrealista… Más o menos por estos derroteros discurrió la presentación del libro de María Frisa ‘Cómo sobreviví a la madre de Pavlito (con uve)’. Abrió fuego la editora de Espasa, Miriam Galán, en calidad, reconoció, "no tanto de editora o lectora, sino de personaje, que es la primera vez que me ocurre".


Ella, como tantas amigas de María Frisa, ha puesto su condición de madre al servicio de este libro que tiene "dramatismo, peligro, sexo y lucha de poder a raudales". "Gracias María por sacarnos a tantas mujeres de ese armario donde por muy lleno de ropa que esté nunca vamos a encontrar nada que ponernos", concluyó.


Julia Millán, de la librería Antígona, ofreció las pinceladas más surrealistas recordando que María quería para la presentación un sitio sencillo, "pero el Pabellón Puente estaba cerrado". Como alternativa, la sala de Columnas de Bantierra no estuvo mal. Julia presentó a algunos de los integrantes de la especie de los ‘frisolitos’. "Son muy curiosos, ya los descubrirán", sugirió para concluir que "estamos ante un libro descacharrante hasta decir basta porque muestra lo bueno de aprender a reírse de uno mismo".


Casi lo primero que le sugirió el periodista Javier Romero a su amiga y autora fue la convicción de que "me has invitado por la mala conciencia que tienes por las cosas que dices de los hombres". "¿Qué es eso de que los bolsos y los hombres son incompatibles, que no sabemos distinguir uno de verano y de invierno?". "¿Realmente hay bolsos de verano e invierno?", se cuestionó entre las risas del respetable. Javier Romero también describió cómo María "exprime las situaciones cotidianas hasta llevarlas al esperpento y ahí sale la esencia de las relaciones humanas".


Llegados a este punto, a la autora prácticamente solo le quedó tiempo para los agradecimientos: a su marido Miguel y a sus hijos Irene y Hugo; a Irene, "la amiga que tiene el mérito de que el niño se llame Pavlito (con uve)", y a sus mejores 80 amigas, de las que echó mano porque "necesitaba materia prima". Jana Catalán, directora de la Fundación Bantierra, estaba feliz del éxito de público, pero los más orgullosos eran los padres de María, Marisa Gracia y Antonio Frisa. "En todos los libros nos cita y estamos encantados", comentaban mientras su hija no paraba de firmar ejemplares.