cinco años para ahorrar y desgravar

Enero está siendo el mes de los llamados planes ahorro 5 que incluyó la reforma fiscal del Gobierno. Los bancos empiezan a lanzar estos productos, con distintos nombres, para captar el dinero que los clientes con economías más aliviadas pueden permitirse reservar cinco años. Las ventajas fiscales sirven de gancho, pero la rentabilidad se ve limitada por el desplome actual de los tipos de interés.

Un nuevo producto financiero ha saltado a la escena bancaria este mes. Los planes ahorro 5, como los denominó el Gobierno en la reforma fiscal, llegan con distintos nombres pero un único objetivo, captar el dinero de las huchas de los clientes, los que hayan conseguido empezar a llenarlas pese a la crisis a cambio de ventajas fiscales. El Ejecutivo presentó el producto el año pasado dentro de las medidas para estimular el ahorro a largo plazo y sin riesgo, pero su comercialización no se ha podido iniciar hasta el pasado día 1. El preámbulo de la reforma fiscal se refiere a él como un instrumento "dirigido a pequeños inversores" y destaca como "su especialidad" la "exención de las rentas generadas".


Su principal ventaja es que los intereses no tributan en el impuesto de la Renta si se espera cinco años para recuperar el dinero y no se aportan más de 5.000 euros al año. Este es el aliciente que destacan los bancos y aseguradoras que se han lanzado a ofrecerlo, los primeros en forma de cuenta de ahorro y las segundas mediante un seguro de vida. Media docena de entidades han abierto la veda, entre ellas Bantierra, La Caixa, Banco Sabadell, Banco Popular, Mapfre o Axa. Algunos ultiman su propuesta en este segmento, como Ibercaja, que tiene previsto lanzarlo "en los próximos días". También hay entidades que todavía están analizando las características de estos planes antes de decidirse, como Renta 4.


"El dinero lo puedes recuperar en cualquier momento aunque tendrás que tributar por los beneficios", explica Adolfo Aquilué, desde la comisión fiscal del Colegio de Economistas de Aragón. Entre las ventajas destaca la liquidez y la exención de los rendimientos que se obtengan.


La ley obliga a garantizar al menos el 85% del capital, indica el asesor fiscal. "El 15% restante permite que la entidad pueda dar un poco más de rentabilidad, pero se evitan sustos como las preferentes", donde los clientes perdieron buena parte de su inversión.


Escaso para la jubilación


Aunque en la teoría estaba previsto que fuera un instrumento dirigido a ahorrar para la jubilación, los expertos consideran que se queda corto para este objetivo. Aquilué cree que resulta más atractivo para ahorradores jóvenes, "a partir de 40 años", que pueden empezar a hacer aportaciones como si fuera para un plan de pensiones, pero con la posibilidad de disponer de su dinero si les hace falta antes.


Por contra, pensando en el retiro, se tiene "mayor capacidad de ahorro a través de un plan de pensiones o fondo de inversión", considera el asesor. En cualquier caso, aconseja hacer cuentas y asegurarse de que no se va a necesitar el dinero, para poder aprovechar la ventaja fiscal, que es el principal atractivo del producto.


Las entidades financieras han empezado a ofertar estos planes de ahorro a largo plazo, en su mayoría como seguro (Sialp), a través de sus aseguradoras, pero también como cuenta (Cialp). Los requisitos son los mismos, pero entre las diferencias está que en el caso de las cuentas, el dinero está garantizado por el Fondo de Garantía de Depósitos y en los seguros, queda bajo la normativa de la dirección general de Seguros.


Entre las entidades que ya han apostado por este producto se encuentra la aragonesa Bantierra. La cooperativa de crédito ofrece el plan de ahorro 5 a través de la aseguradora del Grupo Caja Rural al que pertenece, RGA. En la oferta de este seguro de ahorro a largo plazo se incluye "un interés del 1%", explica José Luis Abadía, director de Banca Seguros de Bantierra. Afirma que ha habido muchas consultas por parte de los clientes en los pocos días que lleva desde su aparición. "El principal atractivo es la fiscalidad y el tipo de interés", afirma. Así, recuerda que pese a ser de un 1%, los depósitos se encuentran por debajo en rentabilidad.


La entidad considera el producto "una alternativa adicional a la oferta de planes de pensiones". Abadía entiende que es una "fórmula más de ahorro" dirigida a clientes que busquen "seguridad y tipos de interés un poco por encima de los plazos fijos".


En Ibercaja ultiman el lanzamiento de dos productos aprovechando las dos modalidades que recoge la reforma, cuenta y seguro. Este último a través de su filial de seguros Ibercaja Vida. "Vemos que los clientes pueden encontrar utilidad en una o en otra", explica José Manuel Artal, jefe de Desarrollo de Productos y Servicios de la entidad aragonesa. En ambos casos garantizarán el 100% del capital, aunque la reforma fija un mínimo del 85%. Considera que el destinatario es un cliente "con cierta capacidad de ahorro" que busque "diversificar" y pueda destinar una parte de su patrimonio para aprovecharse del ahorro fiscal. Recuerda que el plazo de cinco años para recuperar el dinero empieza a contar desde que se realice la primera aportación, no desde la contratación del producto.

Solo pasado ese tiempo se podrá beneficiar de la exención fiscal. En caso de necesitar recuperar el dinero antes, además de tributar en el impuesto sobre la Renta según el tipo del ahorro (19%) debe retirar todo el dinero, no es posible percibir solo una parte.


Artal apunta que el producto solo puede tener un titular y considera que "no es para el ahorro para la jubilación", sino para complementarla o atender necesidades puntuales que se vayan a tener en los próximos años.


Su atractivo fiscal no se cuestiona, pero sí hay discrepancias en el sector sobre el financiero. La situación actual de tipos en mínimos históricos hace que las ofertas no sean ni se espera que sean muy ambiciosas. "En los próximos cinco años la curva de tipos de interés está entre un 0% y un 1%", explica Pilar Barcelona, directora de la oficina de Renta 4 en Zaragoza. Por ello, entiende que la rentabilidad de las entidades tendría que ir en esa horquilla. El banco todavía no tiene claro si sacará al mercado un producto de este tipo. "Estamos estudiándolo, pero no vemos una rentabilidad atractiva para el inversor en el entorno de tipos actual", reconoce. Las ventajas fiscales son claras, pero cree que hay que tener en cuenta otros aspectos como el coste de oportunidad, es decir, lo que el cliente puede dejar de ganar en esos cinco años por no haber contratado otro tipo de producto. Aunque ahora otros como los depósitos no ofrecen rentabilidades mucho mejores, y no hay previsión de una subida de tipos, "cinco años es un plazo largo", afirma Barcelona. Además, si el objetivo es ahorrar para la jubilación, coincide con el resto en que los planes de pensiones son el vehículo más adecuado. El perfil del potencial cliente sería "extremadamente conservador, que solo quiera preservar su capital", apunta.


No es un depósito


Pero también habría un margen de riesgo según las entidades. Entre los consejos para los potenciales clientes está tener cuidado a la hora de equipararlo con otros más conocidos como los plazos fijos. "Si no se garantiza el 100% del capital no se debiera calificar de depósito", advierte Fernando Herrero, desde la asociación Adicae. Recuerda que la normativa permite que el cliente pueda tener pérdidas de hasta el 15% del capital si la entidad decide garantizar solo el 85%.


La asociación apunta que ESMA (Autoridad Europea de Seguridad y Mercados, en sus siglas en inglés) viene advirtiendo a los ahorradores para que tengan en cuenta que "en ocasiones el nombre de un producto puede no reflejar sus características", como ocurriría ahora si se equiparara con un depósito. La institución comunitaria ha alertado en otros productos sobre las promesas de rentabilidad "elevada", "garantizada", "cubierta" o "absoluta", que "a menudo resultan ser engañosas".


Las malas prácticas de años pasados han llevado a que "una cuarta parte de nuestros mayores desconfíe de los productos financieros de ahorro, según Adicae. Así, un 13% prefiere guardar sus ahorros en casa, un 11% los deja en su cuenta corriente sin ningún tipo de producto y un 7% prefiere organizarse su propia cartera de depósitos y productos rentables, según el estudio de la asociación ‘Situación de los colectivos de consumidores especialmente vulnerables’.


Desde Adicae recuerdan que ahorrar sigue siendo un lujo. El 40,2% de los españoles confiesa que no puede permitírselo. Herrero añade que con los nuevos planes de ahorro el dinero estará "inmovilizado" cinco años para obtener una rentabilidad que cree "baja". Por ello, entiende que el plan "responde más a los intereses del sector bancario que a los de los consumidores".