Milián se va "contento" con el trabajo realizado pero "dolido" por no resolver el conflicto

El prelado destaca la "gran preparación intelectual y pastoral" de su sucesor en el cargo y asegura que es "un regalo" para los fieles.

Alfonso Milián
Milián se va "contento" con el trabajo realizado pero "dolido" por no resolver el conflicto
J.L.P

Monseñor Alfonso Milián era ayer un hombre muy ocupado, pero feliz y contento con el nombramiento de su sustituto, Ángel Javier Pérez Pueyo. Se pasó la mañana atendiendo numerosas llamadas telefónicas de la prensa y de particulares que querían conocer sus impresiones tras conocerse su relevo.


El 5 de enero cumplirá 76 años. A los 75, presentó su renuncia al Papa, ya que esa es la edad de jubilación de los prelados. Milián supo la noticia hace unos días, pero fue ayer, tras hacerse oficial al mediodía, cuando la diócesis de Barbastro–Monzón la difundió a través de un comunicado de prensa. "Estoy contento, he trabajado a lo largo de este año y seguiré trabajando hasta el día 22 de febrero que se ordenará el nuevo obispo", afirmó. Entonces, ya como obispo emérito, se trasladará a vivir a Zaragoza pero no por ello renunciará a sus responsabilidades sacerdotales. "Podré atender los ejercicios espirituales que me solicitan de Chile, del Valle de los Caídos...", explicó.


Alfonso Milián deja atrás exactamente diez años de de episcopado que define como "una década de una entrega total al servicio de la diócesis". En este tiempo ha tratado de atraer nuevos sacerdotes de Latinoamérica, ha puesto el acento en cuestiones sociales desde su cargo como obispo delegado de Cáritas Española, pero no ha podido resolver el litigio con Lérida por los bienes de arte sacro.


"Me duele no haberlo dejado solucionado, para los que nos sucedan hubiera sido más fácil, y también hubiera dado tranquilidad a todos", reconoció ayer.

"Por parte del obispo de Lérida (Joan Piris) ya estaría resuelto y es algo que él me ha dicho siempre. Pero en Cataluña hay otros inconvenientes que son fáciles de suponer", aseguró en referencia a las autoridades civiles de la Comunidad vecina, que llevan años torpedeando con todo tipo de artimañas cualquier intento de zanjar el conflicto abierto en los años 90.


A su sucesor lo calificó como "un hombre muy preparado a nivel intelectual, pastoral y de servicio". "Tiene un conocimiento muy grande del mundo –destacó– porque ha sido superior general durante doce años. Es un hombre con muchos valores, de mucha fe, y que asume el ser obispo no como una grandeza, que hoy no lo es, sino como un servicio a la Iglesia: el Papa le ha pedido que venga y él viene a trabajar todo lo que pueda". "Creo que es un gran regalo de Dios para la diócesis", concluyó Alfonso Milián.