La DGA suspende la recreación de la coronación de los reyes por "motivos electorales"

La ambientación histórica se iba a celebrar durante tres días, coincidiendo con el 23 de abril, en Zaragoza. Los trámites estaban muy avanzados y el Ayuntamiento, del PSOE, ya se había implicado

Se había hablado ya con los hoteles y restaurantes, se había contratado la campaña nacional para publicitar paquetes turísticos para viajar a Zaragoza, los numerosos grupos recreacionistas de todo Aragón se habían preparado para la cita, los recintos contaban con el permiso pertinente...

Pero el Gobierno de Aragón ha decidido posponer la recreación de la coronación de los Reyes de Aragón que se iba a celebrar por las calles de Zaragoza durante tres días, coincidiendo con el 23 de abril, día de la Comunidad.


Las razones oficiales esgrimidas por el Departamento de Economía –del que depende la Dirección General de Turismo, la impulsora del evento– son fundamentalmente "motivos electorales", puesto que considera que podría interpretarse como "una actividad con intereses políticos" por la cercanía con las elecciones autonómicas (se celebran el 24 de mayo). El Ayuntamiento de Zaragoza, gobernado por el PSOE, ya había comprometido también su participación y colaboración económica a través del mercado medieval que se organiza todos los meses de junio en la ciudad y que en 2015 se iba a trasladar a abril para coincidir con la ambientación histórica. Los participantes pujan por los puestos y la recaudación iba a destinarse a esta recreación.


También había dado ya su permiso el Arzobispado de Zaragoza para celebrar en la Seo el acto propio de la coronación, así como la Aljafería, donde se ambienta la vigilia del rey del día anterior y desde donde sale la comitiva oficial. Hay que recordar que el episodio histórico que se quería recrear era la coronación de Pedro IV el Ceremonioso en 1336.


La estimación con la que trabaja Turismo especificaba que serían necesarias para la representación histórica 500 personas y unos 10.000 extras para ambientar la ciudad. Consideraba que podrían llegar participantes y visitantes de todo Aragón, lo que supondría un motor para el sector servicios en Zaragoza. De hecho, se calcula un gasto medio por persona y día de 85 euros, con el impacto económico que eso supone para la capital aragonesa. A esto, hay que sumar el dinero recaudado con la venta de paquetes turísticos, a través de las agencias de viajes con las que ya se había negociado.


Además, el proyecto de Turismo abogaba por abrir un proceso de participación ciudadana en el que se inscribiera la gente que quisiera participar. Después, se buscarían perfiles específicos y se daban indicaciones para lograr una indumentaria homogénea. Además, se planeaba que los trajes fueran elaborados a través de escuelas-taller como forma de generar el empleo.


Conciertos de música, banderas...


Cultura también había acordado con Turismo el traslado de conciertos de música antigua a esos días para ambientar más la ciudad y se pretendía engalanar la capital aragonesa con banderas medievales. Además, los restaurantes se comprometían a ofrecer menús medievales y la asociación de pasteleros, a elaborar productos especiales. El objetivo último era convertir Zaragoza en un polo de atracción turística y acercar la historia a los ciudadanos de forma teatral y atractiva, pero con una reconstrucción rigurosa. Para todo esto, Turismo había reservado una partida de su presupuesto de 200.000 euros.


Sin embargo, fuentes del Departamento de Economía aludieron a "la dimensión que han adquirido los acontecimientos y al corto espacio de tiempo disponible" para argumentar la decisión de posponer esta recreación ambiental, que se encontraba muy avanzada. También se escudaron en la necesidad de una coordinación "que ha superado las expectativas iniciales dado el creciente interés de participación social generado respecto a las perspectivas iniciales".