Berdejo busca fondos para poder reabrir su iglesia después de casi cuarenta años

El templo se va rehabilitando gracias a los vecinos y a las ayudas de la DPZ, pero para poder volver a utilizarlo hacen falta más subvenciones.

Tanto la iglesia de San Millán como el castillo –al fondo– están declarados bien de interés cultural
Berdejo busca fondos para poder reabrir su iglesia después de casi cuarenta años
J. Macipe

Construida en el siglo XIII sobre una gran roca en la parte más alta del caserío de Berdejo, se fue transformando como cuentan los elementos decorativos y arquitectónicos de distintos estilos que conserva. Después sufrió el abandonó, la desnudez y la ruina. Así es como la iglesia de San Millán, patrón del municipio, se quedó como el principal monumento del pueblo, pero cerrada, sin poder recibir visitas.


De eso hace casi cuarenta años. Queda mucho trabajo por hacer para que algún día vuelva a recibir a fieles… o a turistas. Este templo es uno de los que ahora va a recibir una inversión por la colaboración de la Diputación de Zaragoza, la Diócesis de Tarazona, y el Ayuntamiento. No es la primera actuación que se lleva a cabo en el edificio a través de este plan de restauraciones en iglesias, y se intentará que no sea la última.


Los vecinos abrieron hace unos años la lista de intervenciones que se han ido sucediendo en esta construcción sencilla y sobria a la que se dio otra oportunidad de seguir en pie. Se colocaron nuevas cubiertas y se ha reconstruido la torre. Una vez resueltos los daños que se lo ponían fácil a la destrucción y que asolaban el templo, se va a adecentar el interior.


"Con esta subvención última, la idea es hacer la bóveda por dentro, tapar la estructura metálica del tejado", explica el alcalde de Berdejo, Fernando Escribano. En ello están trabajando los arquitectos para decidir, de las soluciones posibles, cuál es la mejor. "Imagino que también intervendrá la Comisión de Patrimonio porque es un bien de interés cultural (BIC)", comenta el primer edil. A esta actuación se destinarán 20.000 euros. "No es mucho, pero los municipios pequeños como este mío tampoco tenemos capacidad de acometer obras muy grandes", destaca el representante de un pueblo en el que los habitantes de diario y los que acuden en fines de semana, vacaciones y festivos no han puesto reparos cuando se les ha propuesto aportar su tiempo libre y sus horas de trabajo en beneficio del bien común.


Así lo hicieron cuando para devolver a la parroquia el decoro perdido no se requería mano de obra especializada. Desescombraron, sacaron maderos, y retiraron de la parte interior y de la zona exterior las malas hierbas y zarzas. "Hará más de 20 años que compramos 5 palas, 5 picos y otros tantos carretillos, y en una Semana Santa entre todos los vecinos la limpiamos", rememora orgulloso de sus convecinos el alcalde.


En los años 70 se construyó una capilla en la parte baja, a pie de carretera. Resultaba más cómoda y práctica, más pequeña y ajustada a la realidad demográfica. La restauración en marcha por fases no persigue que la iglesia vuelva a ser el templo de las liturgias habituales. "Poco sentido puede tener cualquier obra que se haga en el pueblo si este emblemático edificio lo dejáramos hundir" , opina Escribano convencido de que ahora pueden correr los años y seguir en pie. Le ilusiona que el día de la patrona, la Virgen del Río, pueda hacerse una misa, o que pueda abrirse para alguna boda o bautizo.


El Obispado también aprobaría que pudiera tener un uso cultural o museístico. Podría ser la excusa para subir a un rincón del casco urbano en el que además de encontrar la antigua casa consistorial y lonja del siglo XVI, se puede disfrutar de las vistas de postal que ofrece el valle del río Manubles y de las que quedan de otro BIC. El castillo de Berdejo, desde el que en el siglo XII se vigilaba y defendía la frontera aragonesa con Castilla.