Veinticinco días criminales

Las cinco muertes violentas registradas en menos de un mes en Aragón, tres de ellas esta misma semana, truncan las buenas estadísticas de los últimos años
El repunte del uso de armas de fuego y las agresiones de fin de semana preocupan a los mandos policiales, que destacan el alto número de arrestos y su rapidez

Durante los últimos 25 días cinco personas –entre ellas una niña recién nacida– han sido víctimas de muertes violentas en Aragón. Son casi tantas como las que estadísticamente mueren por homicidios o delitos dolosos a lo largo de todo un año, lo que ha empezado a hacer sonar algunas alarmas. Porque aunque la tasa de criminalidad de la Comunidad lleva tiempo cayendo y se ha instalado entre las mas bajas del país –14,4 puntos por debajo de la media nacional según el balance de 2013, el último publicado por el Ministerio del Interior–, la espiral de violencia con la que ha comenzado el año ha generado cierta inquietud.


Sobre todo, porque se está detectando un preocupante repunte del uso de armas de fuego –dos de las víctimas mortales de estos días han recibido disparos y en diciembre se produjo otro tiroteo con lesionados en el barrio de Torrero– y de las agresiones de fin de semana, con heridos graves e incluso fallecidos.


Solo en esta semana se han contabilizado hasta tres crímenes, todos ellos en torno a la festividad de Reyes. De hecho, dos de la muertes se produjeron de forma prácticamente simultánea, el 5 de enero sobre las seis de la tarde. Las víctimas fueron un joven dominicano de 23 años, al que acribillaron a balazos en el barrio zaragozano de Las Delicias por un presunto ajuste de cuentas, y un vecino de Teruel de 77, al que su propio hijo arrebató la vida de una mortal puñalada en el corazón sin que mediara discusión alguna. De la tercera muerte no se supo hasta el pasado jueves, aunque parece que el asesinato pudo producirse entre el 5 y el 6 de enero. La víctima fue Raimundo Medrano, un viejo compinche del popular Lute, al que mató de un disparo su propia mujer. Al parecer, para poner fin a los malos tratos físicos y psicológicos a los que este le sometía.

Imprudencias homicidas

Pero esta desatada racha de muertes violentas tiene su origen el pasado 13 de diciembre, cuando una trivial pelea a las puertas de un bar del Casco Viejo de Zaragoza acabó con la vida de un exmilitar de 49 años. El autor del puñetazo que hizo caer a la víctima al suelo y abrirse el cráneo –estuvo en coma durante una semana– dijo al entregarse que estaba bebido y que nunca quiso causar esta muerte. Pero lo cierto es que cada vez son más los episodios de extrema violencia que se registran al amparo de la noche y el alcohol.


Especialmente desgraciado fue el suceso registrado solo tres días más tarde, cuando un bebé moría escasos segundos después de venir al mundo en la capital aragonesa. La madre, de solo 17 años, dio a luz sola en su habitación y dijo que ni siquiera sabía que estaba embarazada. Como publicó este periódico, los forenses calificaron también de violenta esta muerte, porque la niña nació viva y no recibió las atenciones necesarias. Y la Policía ha terminado imputando a la menor por homicidio. El contrapunto positivo lo pone la enorme eficacia de los cuerpos policiales a la hora de resolver estos casos.