La'art girl' más poderosa

Pareja del millonario ruso Roman Abramovich, a Dasha Zukhova le tentó el mundo de la moda, pero le atraen más las galerías y las subastas.

La'art girl' más poderosa
La'art girl' más poderosa

Asus 33 años, Dasha Zukhova, la novia del multimillonario Roman Abramovich, se ha convertido en una de las principales mecenas del arte contemporáneo. La abultada cuenta de su pareja –‘Forbes’ calcula que tiene unos 7.600 millones de euros–, es la principal impulsora de esta faceta, aunque ella también venía bien ‘servida’ gracias a su padre. Ya la apodan en el mundillo como la ‘art girl’ del momento.


Pero ella espera que su influjo no sea una moda pasajera y que se cumplan las predicciones de la artista Marina Abramovic. "En diez años ella dirigirá el mundo del arte", ha sentenciado la conocida como la abuela del arte de la ‘performance’. Y no solo porque Zukhova se deje un pastizal en piezas. De las mansiones de los Abramovich –una de ellas, la residencia privada más cara de Londres, valorada en más de 200 millones–, de sus yates o de su avión privado cuelgan piezas que incluso aparecen en el libro Guinness. Como el gigantesco ‘Sleeping Benefits Supervisor’, de Lucian Freud, por el que pagaron 21,5 millones de euros, fijando así el récord de ventas pa ra un artista vivo. O el tríptico de Francis Bacon por el que soltaron 50 millones de euros, que combinan en su colección con Los retratos psicodélicos que Richard Avedon hizo de los Beatles, a los que Dasha es aficionada desde pequeña.


Más allá de su espectacular colección privada, la joven con planta de modelo –solo ejerció un mes sobre las pasarelas– destaca por haber fundado el Centro Garage de Arte Contemporáneo en Moscú, una espectacular sala de exposiciones que inauguró Amy Winehouse. En sus paredes comparten protagonismo artistas consagrados con talentos emergentes que ella apadrina. Al museo le ha sumado la publicación ‘Garage Magazine’, en la que colaboran nombres como Damien Hirst o Julian Schnabel.


"Como cualquier líder natural, cuenta con la combinación de una pasión genuina e inteligencia, además de que tiene la capacidad de atraer y captar a la gente creativa. Más que cualquier otro personaje, Dasha es responsable de colocar a Rusia en el mapa internacional del arte", enfatiza Larry Gagosian, uno de los más importantes galeristas norteamericanos. Con estas referencias, a pocos les extraña que la revista ‘Art Review’ la sitúe ya entre las 100 personas más influyentes en el mundo del arte.


"Dasha nunca admite un no por respuesta y posee una confianza natural en sí misma con la que logra que al final las cosas salgan como ella quiere", detalla Molly Dent-Brocklehurst, socia de Zhukova. Quizás esa determinación fue la que conquistó a su novio, un antiguo amigo de su padre con el que se lleva 15 años de diferencia. Ella acababa de romper con el tenista Marat Safin cuando la invitaron a una cena en Moscú en la que coincidieron. El flechazo fue absoluto. Tres años después, el millonario ruso firmaba el divorcio con Irina Malandina, con quien tenía cinco hijos. Para recuperar la soltería, le transfirió la friolera de unos 1.500 millones de euros, además de cuatro casoplones. En su momento se convirtió en el divorcio más caro del mundo... hasta que lo superó su compatriota Dmitri Rybolovlev, dueño del Mónaco.


Pero Zhukova odia ejercer de ‘novia de’. No habla de nada relacionado con el millonario y padre de sus dos hijos, Aaron y Lea, ambos nacidos en Estados Unidos. Aunque es inevitable las apariciones en el papel ‘couché’ de tan glamurosa pareja. Más, cuando la joven celebró su último cumpleaños en un barco con 300 invitados y con Lady Gaga como actuación estrella. Más de 2 millones euros costó la fiesta.


Pasión por la moda


Además, la moda se sitúa como otras de sus pasiones y los ‘front row’ más exclusivos se disputan su presencia. Amiga de modelos como Natalia Vodianova y Natasha Poly, además de de diseñadores como Stella McCartney o Marc Jacobs, incluso llegó a fundar su propia línea de ropa.


Licenciada en Lingüística y Literatura Eslavas, Zhukova abandonó su país siendo una niña. Sus padres se divorciaron y ella se mudó con su madre, una bióloga molecular, a Houston. De allí recalaría en Los Ángeles, donde asistió a los colegios más exclusivos y alternó con la ‘crème de la crème’ de Beverly Hills. "Fue un gran choque cultural. ¡Nunca había visto cereales antes! Nosotros éramos de queso ‘cottage’ y panqueques en Rusia, no de círculos de colores que vienen en cajas de cartón", ha comentado en alguna ocasión. Se adaptó rápidamente al estilo de vida americano, aunque nunca abandonó los vínculos con su país, donde su padre se hizo con una más que considerable cuenta corriente tras la caída del comunismo con inversiones en petróleo, acero y banca. Eso sí, el patriarca tuvo que pasar seis meses en una cárcel de Turín por contrabando de armas, tras lo cual lograría la nacionalidad británica. Precisamente en Londres Zukhova fijó su residencia y, tras cruzar el charco para comenzar estudios de homeopatía, que nunca terminó al toparse con Abramovich.