Por un 2015 más orgánico

Está de moda elegir elementos naturales para vestir, y presumir de amar la naturaleza.

Nos cuenta una amiga que hay vida más allá del metrosexual, que ahora lo que se lleva es el ‘lumbersexual’. Llevar barba, camisa de cuadros, ir un poco desaliñados y amar la naturaleza. Más allá de las risas y comentarios acerca de nuestro renacido ‘sex-appeal’, no es tan sorprendente esta nueva moda, porque la necesidad humana de abrazar lo orgánico y regresar a los orígenes es cíclica. Después de años de cremas y sofisticación, ¿cómo no va imponerse el amante de la naturaleza? Y entre los propósitos de este año, el jardinero se ha de proponer lo orgánico como meta. Contaminar lo menos posible, ayudar a crear un rincón equilibrado, pensar más en la fauna de alrededor que en nuestro capricho... Un conjunto de buenos propósitos para que 2015 sea el primero de muchos años de jardinería responsable.
Reducir la huella de carbono

Herbicidas, insecticidas, fertilizantes... casi todos tienen su versión natural, pero muchos jardineros van a lo fácil sin importar su contaminación. Hay que quitar las malas hierbas a mano y encontrar insecticidas ecológicos (los hay), sembrar bien para evitar enfermedades (no poner a la sombra plantas que requieren sol, o no plantarlas demasiado juntas), y añadir compost o estiércol en lugar de química.

Ahorrar agua

¿Realmente necesitamos esa pradera de césped? ¿Por qué elegir el árbol que más agua necesitará?¿Hemos programado bien el riego por goteo? La mayoría de los litros gastados en jardinería están mal calculados, y ese exceso de agua se filtra por la tierra arrastrando consigo muchísimos nutrientes. Por otro lado, las plantas muy demandantes de agua son las primeras en morir en olas de calor.

Atraer polinizadores

Sin insectos o pájaros polinizadores la agricultura sufrirá un colapso total. Ycada vez hay menos, debido a un conjunto de enfermedades, contaminantes... Las plantas autóctonas son las mejores para que mariposas, abejas y abejorros se den un festín: lavandas, tomillos, santolinas...

Crear un huerto

Preguntábamos antes si es necesaria una pradera de césped tan grande. ¿No es mejor convertir una parte en un huerto donde probar a cultivar? No tiene por qué ser una obligación, solo un campo de pruebas para aprender a ser hortelano y descubrir que es sencillo plantar tomates, calabacines, cebollas... Además, parte del placer del huerto es compartirlo con los vecinos.

Elegir plantas sencillas

Si el jardín es complicado, gastaremos muchísimo en sacarlo adelante. Con plantas sencillas tendremos flores abundantes (para los polinizadores), ahorraremos agua, evitaremos muchos insecticidas... Y tendremos tiempo para cuidar nuestra descubierta lumbersexualidad.