Lobón descarta declarar como parque natural a los Puertos de Beceite ante la presión vecinal

El Ayuntamiento considera que la DGA ha tirado la toalla demasiado pronto por falta de voluntad política.

El curso del río Ulldemó, incluido en el proyecto del parque natural de los Puertos de Beceite
Lobón descarta declarar como parque natural a los Puertos de Beceite ante la presión vecinal
E. P. B.

La declaración de los Puertos de Beceite como parque natural queda aparcada indefinidamente ante la oposición de parte de la población afectada. El Gobierno aragonés, que inició los trámites para aplicar una figura de protección que ya existe a las vertientes catalana y valenciana de este macizo montañoso, abandona el proyecto tras el pronunciamiento en contra de la mayoría de los propietarios particulares implicados y del Ayuntamiento de Valderrobres, una de las tres localidades concernidas con Beceite y Peñarroya de Tastavins.


El consejero de Agricultura, Modesto Lobón, señala en una reciente respuesta parlamentaria al diputado del PSOE Alfonso Vicente que al constatar que "no hay una posición favorable de toda la población afectada" renuncia a crear el parque natural de los Puertos de Beceite, actualmente incluidos en una Reserva de Caza. Lobón remacha que "el Gobierno de Aragón en esta legislatura no tiene intención de iniciar ningún trámite al respecto".


El alcalde de Beceite, Alberto Moragrega, se mostró decepcionado por la postura del Gobierno aragonés porque, a su juicio, debería haber continuado con el proceso. El Ayuntamiento de Beceite –la localidad con más superficie incluida en el hipotético parque natural– se muestra favorable a la declaración. Moragrega consideró que esta figura conservacionista y promocional "hubiera beneficiado a la población".


Alberto Moragrega señaló que gran parte de los propietarios recelosos con el parque natural no estaban en contra frontalmente sino que reclamaban más información sobre las consecuencias que tendría esta figura. Moragrega cuestionó la "voluntad política" del Departamento de Agricultura y Medio Ambiente de llevar a la práctica la catalogación. Apuntó la posibilidad de que las dificultadas presupuestarias de la DGA para afrontar gastos añadidos hayan frenado la declaración.


Un obstáculo insalvable para la viabilidad del parque natural fue el pronunciamiento unánime en contra del Ayuntamiento de Valderrobres, con una importante superficie afectada e imprescindible para garantizar la continuidad de Beceite con Peñarroya de Tastavins. Los propietarios de las fincas englobadas en el proyecto se posicionaron en contra y reclamaron el apoyo del Consistorio, que rechazó la declaración en una sesión plenaria del pasado octubre. El 90% de las 2.000 hectáreas afectadas en el término municipal es de propiedad privada.


Modesto Lobón señala en su respuesta que la DGA consideró "interesante" la creación de un parque natural en los Puertos de Beceite –la provincia carece de espacios con esta figura legal– pero "siempre y cuando contase con la posición favorable de la población". Tras una ronda de reuniones informativas y contactos en la zona, la Consejería se rinde a la evidencia de que su iniciativa "no ha tenido el consenso suficiente para iniciar el procedimiento administrativo para aprobar el plan de ordenación de recursos naturales y la consiguiente declaración de parque natural".


Alberto Moragrega lamentó la renuncia del Ejecutivo, que obligará al Ayuntamiento a asumir en solitario la gestión de los espacios más visitados de los Puertos de Beceite en lugar de compartirla con la DGA. Moragrega señaló que el parque natural hubiera comportado beneficios económicos a través de tres vías :ayudas a proyectos empresariales compatibles con el medio ambiente, subvención directa a los ayuntamientos e inversiones en mejoras ambientales y turísticas.


El alcalde indicó que las limitaciones a las actividades agropecuarias e industriales no hubieran variado respecto a la situación actual. Los Puertos están catalogados como Lugar de Interés Comunitario por su excepcional valor ambiental, una figura que ya comporta restricciones a la actividad económica para preservar el entorno.