Juguetes en un encuentro de solidaridad e ilusión

Sonrisas Azules entrega regalos a niños de mujeres de la Red Madre.

Arriba (de izquierda a derecha), Marisol Pozo, Mónica Del Real, Jesús Cortés, Miguel Bernal, Paloma Monzonís y José María Arroyo. Abajo (de izquierda a derecha), Maite Zamorano, Juan José De Fernando Viela y su nieto Pablo, Pilar Lahuerta y Rubén Egido.
Juguetes en un encuentro de solidaridad e ilusión
Oliver Duch

Un niño con un juguete es la máxima expresión de la felicidad, y más en época navideña. La Asociación Sonrisas Azules, compuesta por civiles y por integrantes de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, comenzó ayer su aventura solidaria en Zaragoza con la entrega de regalos a los hijos de mujeres atendidas por Red Madre Aragón. La alegría de los pequeños se extendió a los adultos en un acto desarrollado en el Centro Joaquín Roncal gracias a la colaboración de la Fundación CAI-ASC y a las donaciones realizadas por particulares y por Imaginarium.


En una actividad concebida como un homenaje a los menores, Sonrisas Azules estuvo representada por Juan José de Fernando Viela, Rubén Egido, los agentes Jesús Cortés y Miguel Bernal (de la Unidad Adscrita al Gobierno de Aragón de la Policía Nacional) y por Mónica Del Real, de la Brigada de Extranjería. José María Arroyo, presidente del colectivo a nivel estatal, respaldó a sus compañeros, al igual que Paloma Monzonís, miembro de Protección Civil de San Sebastián de los Reyes y delegada en Madrid de la filial Sonrisas Naranjas. Por parte de la Asociación Red Madre Aragón, que ofrece asesoramiento y apoyo ante los conflictos derivados de embarazos imprevistos, asistieron la presidenta Pilar Lahuerta, la vicepresidenta Ana Mecerreyes, Marta Morer (su responsable en Zaragoza) y Marisol Pozo, entre otras voluntarias. También acudió la concejala municipal Paloma Espinosa. Maite Zamorano, de la compañía de teatro y animación Almozandia, divirtió a los niños con una sesión de magia, humor y música antes de que estos recibieran los juguetes (adecuados a sus distintas edades). El turno de los obsequios, vivido con intensidad por sus destinatarios, algunos de ellos bebés, se completó con el sorteo de dos bicicletas y de un caballito. Además se habilitaron unas mesas con polvorones, zumos y batidos.