Último partido de un año intenso

El Zaragoza baja el telón de un 2014 muy intenso a todos los niveles. 2015 aguarda con un selectivo calendario de inicio

Los jugadores zaragocistas celebran el gol ante la alegría de la afición aragonesa presente en Anduva.
Último partido de un año intenso

El Real Zaragoza completó ayer el último partido de un año extraordinariamente intenso para la entidad. Tanto en lo deportivo como en los institucional. El empate firmado en Anduva permite a Ranko Popovic prolongar su racha de imbatibilidad desde que asumió las riendas del equipo el pasado 24 de noviembre en sustitución de Víctor Muñoz. Sin embargo, queda la desilusión por haber dejado escapar en el tramo final dos puntos que hubieran permitido mantenerse en la zona de ‘play off’ de ascenso, que ahora queda a un punto.


El conjunto aragonés se despide del fútbol y de la acción hasta el próximo año. Será el domingo cuatro de enero cuando la Romareda volverá a abrir sus puertas para recibir al Valladolid, uno de los rivales más fuertes en la dura batalla por el ascenso a Primera División. A la espera de que llegue ese momento, conviven las dudas y las certezas, aunque las sensaciones que emite el colectivo invitan más al optimismo que a la frustración. En este sentido, es necesario que el técnico serbio siga cincelando su proyecto, dotando de intensidad al plantel y con su querencia por dominar la posesión del balón para derrotar a los contrincantes.


El balcánico tomó la responsabilidad tras la sonora derrota en los Pajaritos frente al Numancia. En sus cuatro partidos rigiendo los destinos zaragocistas ha obtenido dos victorias como anfitrión y dos empates a domicilio. Arrancó con fuerza y goles frente a la Ponferradina, con un 4-1 que devolvió la autoestima y la esperanza a la afición y a los jugadores. Le siguió un empate a dos tantos en Albacete, influenciado por las numerosas y determinantes bajas en la zona defensiva. La pasada semana se prosiguió andando por esa senda positiva remontando tras el descanso al Girona la diana inicial de Mata. Y ayer concluyó este tramo con unas nuevas tablas, en Miranda de Ebro.


Uno de los argumentos más rotundos y efectivos con los que cuenta el Real Zaragoza es su estimulante línea atacante. Una combinación de futbolistas talentosos y eficientes que generan un caudal ofensivo muy generoso y, en ocasiones, demoledor. Lamentablemente, frente al Mirandés se fallaron incomprensiblemente algunas acciones clarísimas, que se echaron de menos cuando Urko Vera neutralizaba sobre la campana el gran tanto de Pedro. El hábil alicantino, junto a Eldin Hadzic, Borja Bastón o Jaime Rodríguez son estiletes por encima de la media en la categoría de plata del fútbol español. Con la colaboración imprescindible de los conductores Íñigo Ruiz de Galarreta y Albert Dorca, constituyen el argumento al que aferrarse para seguir creyendo en un porvenir triunfal.

La retaguardia

Más interrogantes suministra la faceta defensiva del equipo. Se encadena semana tras semana encajando al menos un gol, sin dejar la portería propia a cero. Una tarea que incumbe a los once jugadores pero a la que no han hecho ningún favor las ausencias por sanción y, sobre todo, por lesión. Recuperar a Mario como jefe de la zaga se antoja un mandamiento primordial para gozar de unos estándares de tranquilidad y seguridad aceptables. La vuelta de Rubén –al que irá muy bien este parón navideño– también contribuirá.


2015 aguarda al Real Zaragoza con un calendario extremadamente exigente desde el primer minuto. Al ya mencionado pulso con el Real Valladolid, le seguirá una semana después la comprometedora visita al estadio Insular, feudo imbatido del Las Palmas del viejo conocido Paco Herrera. El líder de la competición será una excelente y reveladora piedra de toque para calibrar la altura a la que puede volar este proyecto.


Posteriormente, la Romareda emergerá como abrigo con dos encuentros consecutivos en casa, ante el Leganés y el Recreativo de Huelva.