"La imagen del Ejército mejora con las misiones humanitarias"

ana betegón I teniente coronel médico I Zaragozana, de 52 años, es la primera militar española que asume la jefatura del hospital en Herat (Afganistán)

Visita sobre el terreno. La vicepresidenta Sáenz de Santamaría y el ministro de Defensa Morenés conocieron el lunes el hospital Role 2, junto a Ana Betegón
"La imagen del Ejército mejora con las misiones humanitarias"

¿Cómo sienta ser la primera mujer militar española que manda en una misión internacional en un hospital como el de Herat?

Es un orgullo poder ser la primera mujer que manda en un hospital Role 2, pero me ha tocado por edad (52 años) porque de esa forma vas subiendo en puestos. Personalmente, es muy importante dirigir un centro de estas características en un sitio como este. Voy a hacer 25 años en el Ejército, soy de las primeras militares. Estudié Medicina y luego oposité para entrar, que era muy duro. El sistema cambió hace tres años.


¿Cómo fue la visita del pasado lunes de la vicepresidenta Sáenz de Santamaría y del ministro Morenés? ¿Qué les pidieron?

No me puse nerviosa, estaba tranquila y bastante relajada porque enseñaba algo que conocía bien y ella, a la que no conocía, es una persona muy cercana que no te hace las cosas difíciles. Los médicos del Ejército están envejecidos porque hace tiempo que no ha entrado personal nuevo y les pedimos que nos cuiden en España. Un día no tendrán médicos para llevar a ningún sitio.


¿A cuántos pacientes se ha atendido en el hospital Role 2?

Desde que se abrió en 2005 en la zona de Herat llevamos cerca de 30.900 pacientes, que no suponen actuaciones quirúrgicas.


¿Están preparados para atender un suceso grave como el que ocurrió hace unos días en Pakistán?

Somos un grupo de 30 personas. Hubiéramos actuado como hacemos siempre, pero con el problema de capacidad. Este hospital tiene un equipo quirúrgico y si tenemos tres bajas (les llamamos T1, de prioridad) nos saturan.


¿Asisten a la población afgana, como los militares del ISAFy la Policía de Afganistán?

Actuamos por prioridad, primero para las tropas ISAF, ejército y policía afganos, y como ayuda humanitaria para la población afgana. Tenemos la suerte ahora de tener muy pocas bajas ISAFy podemos inclinarnos hacia los afganos.


¿Y trabajan con americanos?

El domingo se fueron los últimos norteamericanos y nos quedamos solos. Hemos estado quince días con ellos, un doble equipo con anestesista, intensivista y ortopedista. Hemos demostrado estar a su altura e incluso por encima.


¿Les pasa en el hospital como a los pilotos de los F-18 en Aviano con las misiones más duras?

Los americanos nos ponen a prueba, pero ellos limitan la actuación con su personal. Trabajan sobre los suyos y nosotros, los nuestros y además, los afganos.


¿Su función como jefa del hospital difiere mucho de las aeroevacuaciones en helicópteros?

Mi labor aquí es de despacho para admitir pacientes y protocolo para recibir visitantes. Cuando hacía aeroevacuaciones estaba operativa, siempre volando en un helicóptero y me encantaba recoger a heridos. Es mi vida. Si me dan a elegir, esto me enorgullece, pero me gusta más la vida activa.


Su hija, que está en la Academia General Militar, dijo que sus padres siempre están en Afganistán. ¿Cuántas misiones suman?

Nunca venimos juntos para que alguien se quede en casa con las hijas. Llevamos doce misiones en Afganistán entre los dos (seis cada uno), sin contar las de Aviano. Mi marido es veterinario en la Base y viene al Role 2 con el control de los perros antiexplosivos, la alimentación y las plagas.


¿La familia sigue sus pasos?

Mi hija mayor eligió ser militar y la segunda, veterinaria, porque han visto la pasión que vivimos sus padres. El Ejército te tiene que gustar o te tiene que gustar. En Zaragoza estoy en el Hospital Militar y llevo la telemedicina, con las videoconferencias médicas con los destacamentos en África o Afganistán, las guardias de urgencias de 24 horas y la medicina logística operativa.


¿Cómo han evolucionado las misiones en Afganistán?

Después de la desgracia del Yak, el transporte ha mejorado y nos traen en Air Europa a pie de pista. La diferencia es abismal. Antes llegábamos en tres días y en Hércules. En seguridad, también.


¿Es cierto que se salvó de milagro de viajar en el Yak-42?

Pues sí, se me apareció la virgen del Pilar que llevo siempre encima. Tuve mucha suerte. Volví unos días antes porque mi marido estuvo en una rotación anterior y llevábamos cuatro meses sin vernos. Conocía a 61 de los que murieron y fue horrible, trabajaron conmigo aquí y en la Base.


¿Cómo se preparan los médicos antes de ir a Afganistán?

Nos llevan un día a practicar tiro porque aquí no manejamos armamento. Y un curso de soporte vital avanzado, que ya hacemos en España. Si vas a un helicóptero hace falta una preparación.


España amplió la misión hasta noviembre de 2015. ¿Cómo está la situación en Herat?

Ahora la situación en la zona de Herat está en relativa calma, pero aun así no se baja la guardia. Hace dos años teníamos muchos pacientes y ahora no. Toco madera.


¿Se siente reconocida por su labor en la sociedad española?

Ha mejorado la imagen del Ejército como ayuda humanitaria, pero no si vamos a una guerra. Nuestra misión es ayudar a la población.


¿Cómo felicitará las Navidades?

Por teléfono. Tenemos Skype, pero me pone más triste ver a mis hijas si no puedo abrazarlas o darles un beso. Desde aquí, deseo a todos feliz Navidad desde Afganistán.