España jugará por las medallas

La selección se impuso con contundencia a Dinamarca y disputará las semifinales con Montenegro, vigente campeona

Las jugadoras españolas celebran su victoria sobre Dinamarca.
España jugará por las medallas
ZSOLT CZEGLEDI/EFE

La selección española femenina de balonmano luchará por las medallas en el Europeo, tras certificar ayer su pase a las semifinales, en las que se medirá con Montenegro, la vigente campeona, al imponerse por un contundente 29-22 a Dinamarca.


El conjunto español se permitió, incluso, el lujo de conceder minutos a las jugadoras menos habituales, en un choque en el que, a priori, España parecía destinada a sufrir hasta el final. Padecimientos que se encargó de evitar para el conjunto español una excepcional Silvia Navarro, la heroína de la selección, que por momentos se convirtió en un muro casi infranqueable para las lanzadoras danesas, tal y como atestiguan las doce paradas con las que cerró el choque. Fue precisamente la guardameta valenciana la encargada de sostener a España en un dubitativo arranque de partido, en el que las numerosas y constantes pérdidas de balón parecían condenar a las de Jorge Dueñas a lo peor.


Con oficio y, sobre todo, con mucha paciencia España fue poco a poco capaz de resolver ese problema, como demuestra el hecho de que las guerreras no concedieran ni un sola pérdida de balón en los últimos doce minutos de la primera parte, por las ocho que lastraron su juego en los primeros dieciocho.


Ese dato explica el giro radical que vivió el encuentro. Sin posibilidad de alimentar su fulgurante juego de contragolpe, Dinamarca cayó en las redes de una cada vez más solida defensa española, una confianza que acabó por contagiar a todo el juego de la selección.


Lo que antes eran errores en el pase o el lanzamiento se convirtieron en aciertos de las jugadoras españolas, que de la mano de una brillante y efectiva Nerea Pena transformó el 7-7 que figuraba en el marcador a los 19 minutos en un más que esperanzador 14-10, para llegar al descanso con 15-12. Una renta que, a diferencia de lo ocurrido el pasado lunes, cuando se hundió sin explicación ante Rumanía en la segunda mitad, la selección española ayer supo conservar y ampliar.