Los últimos habitantes de la Serranía Celtibérica llegan al 'Financial Times'

El periódico británico publica un reportaje sobre el éxodo rural que sufren las provincias de Teruel, Guadalajara y Soria.

El fenómeno de la despoblación ?que sufre la Serranía Celtibérica, en las comunidades de Aragón, Castilla y León y Castilla La Mancha, ha llegado a las páginas del 'Financial Times'. El periódico británico recoge en su edición del pasado domingo el testimonio de Matías López, el último habitantes de la localidad castellanomanchega de Motos. Se trata de un pastor de 76 años que ha sido testigo durante toda su vida de cómo sus vecinos iban dejando el pueblo para vivir en la capital. 


El corresponsal Tobías Buck es el autor del reportaje, en el que pone de manifiesto cómo la Serranía Celtibérica, con una extensión que duplica la de Bélgica, tiene una despoblación similar a Laponia, por debajo de ocho habitantes por kilómetro cuadrado.


Tobias Buck estima que España perderá más de un millón de habitantes en los próximos años. "Para España esta disminución puede ser manejable. Pero en las aldeas remotas de Teruel y Guadalajara incluso perder unas cuantas docenas de residentes puede significar un desastre”, concluye el periodista.


Recoge el comentario del catedrático de Prehistoria de la Universidad de Zaragoza Francisco Burillo, impulsor del proyecto "Serranía Celtibérica": “El problema no es solo la despoblación extrema. Es la región más desarticulada de toda España y de la Unión Europea” e indica la ausencia en la Serranía Celtibérica de un gran centro urbano y el dominio de las poblaciones con menos de 100 habitantes. Si no cambiamos la tendencia, vamos a tener el mayor desierto de población en la Unión Europea”. De hecho, Burillo considera a los Montes Universales como territorio “biológicamente muerto”.La esperanza: el bosque y los productos de calidad


Tobías Buck entrevistó a Jesús Alba, alcalde de Checa, y a Juan Vicente Aparicio, alcalde de Orihuela del Tremedal. Dos de los pueblos más activos de los Montes Universales, y en donde la presencia de 25 y 38 niños, respectivamente, permite tener abierta la escuela, el único reclamo para atraer población. Las palabras de Juan Vicente Aparicio son concluyentes: “En el momento en que no hay suficientes niños para mantener la escuela en marcha es cuando se sabe que el pueblo está acabado”.


Pero, como señala Jesús Alba, existe la esperanza de remontar esta situación con la comercialización de los productos de calidad, y la explotación sostenible del bosque. Pero para ello es necesario una estrategia de inversiones e incentivos. Para lo cual el paso inmediato, en opinión de Burillo, es que la Serranía Celtibérica sea reconocida por el Gobierno de España como una Inversión Territorial Integrada.