El rector, Manuel López, explicó que esto permite "abrir el camino de la intensificación docente e investigadora", esto es, que cada profesional tenga un perfil acorde a sus funciones (más centrado en la docencia o en la I+D). Y recordó que la plantilla no va a trabajar más, puesto que se mantiene el cómputo semanal de 37,5 horas (1.640 al año) que incluyen las clases, las tutorías, las tareas de gestión y la investigación.

La normativa se aprobó –según explicó López– con todos los votos a favor de los consejeros salvo una abstención. No obstante, no cuenta con un apoyo unánime en el campus. Ejemplo de ello es la protesta que se celebró frente a la puerta del Paraninfo mientras la normativa se votaba en la primera planta de ese edificio universitario. Los allí concentrados criticaban que el cambio perjudicará a los jóvenes que no acumulan méritos o antigüedad y que, por tanto, no podrán beneficiarse de la descarga horaria. "No tendrán, por tanto, tiempo para investigar", señalaron. Advirtieron además de que temen que el aumento horario de los funcionarios pueda afectar negativamente en la contratación de laborales.

Y vieron en estas medidas un avance de los recortes que ya se han producido en las plantillas de Primaria y Secundaria. "Ahora le toca a la Universidad", comentó José Luis Cimorra, de CC. OO.

Desde el Rectorado argumentan que la norma tiene en cuenta "las profundas diferencias" que existen entre los profesores según el centro y la rama en la que trabajan. Y por ello –añaden– se les permitirá ‘convalidar’ horas de clase tanto por méritos investigadores como por méritos docentes. Se valorará además si el profesional imparte clases en inglés, si tiene que enseñar a grupos numerosos o la exigencia de las asignaturas nuevas, entre otras cuestiones.

En materia de personal, ayer se dio luz verde al reglamento para la regulación de la carrera profesional horizontal del personal de administración y servicios. Este sistema permite que se configuren modelos de carrera desvinculada de los cambios de puesto de trabajo y basada en el desarrollo de las competencias y en el rendimiento. Esto es, ofrece la oportunidad de ascender sin necesidad de cambiar de puesto.

Podrán acogerse a esta medida el personal fijo (funcionario o laboral) con cinco años de antigüedad y será voluntaria, individual y evaluable. Estará reconocida por tramos y atenderá a los valores de actividad profesional, compromiso con la organización y seguimiento de planes o sistemas de calidad que pudieran implantarse.

En otro orden de cosas, en la reunión de ayer se acordó la creación del Instituto Agroalimentario de Aragón (IA2). Esta iniciativa pretende favorecer la integración de grupos de investigación, que abarquen proyectos multidisciplinares ambiciosos en el ámbito nacional e internacional.