“El montaje de la impresora es lo más divertido además de los retos que te plantea”

Un centenar de alumnos de diez institutos aragoneses presentan las impresoras 3D que han creado.

Los alumnos de La Alfranca creando la impresora
“El montaje de la impresora es lo más divertido además de los retos que te plantea”
La Alfranca

Cubos, prismas y cilindros. Estas son algunas de las primeras piezas que las impresoras 3D de los institutos han comenzado a fabricar durante las últimas semanas. “Al principio estamos haciendo cosas más sencillas ya que nuestro primer cubo lo tuvimos que repetir varias veces hasta que finalmente salió bien”, ha explicado Susana Copoví, profesora del Instituto Elaios. Sin embargo, todo ese esfuerzo y dedicación se ha visto recompensando este viernes cuando han puesto todas sus creaciones a disposición de todos los participantes y de aquellos que han querido acercarse.


Para ello se ha habilitado la Sala de Grados de la Facultad de Ciencias. Allí se han reunido junto a la vicedecana de estudiantes y cada centro ha expuesto su trabajo durante unos diez minutos, para posteriormente dar lugar a la exposición tanto de las obras creadas como de las propias impresoras. “Nosotros también hemos mostrado el trabajo que hemos realizado durante los dos últimos años”, ha señalado José Barraquillas, coordinador de la actividad y profesor del Departamento de Ingeniería Electrónica y de Comunicaciones.


De hecho, fue hace dos años cuando comenzó su colaboración con el instituto Cardenal Xavierre. “Junto a un grupo de alumnos de secundaria creamos una de las primeras impresoras 3D que hubo en Aragón y como fue tan interesante se lo comenté al equipo decanal”, ha sostenido Barraquillas. Así comienza esta aventura que ha durado casi un año y que ha implicado a más de un centenar de alumnos de diez institutos de Aragón. “Al principio tuvimos una reunión con José y su equipo, nos comentaron los 'kit' que podíamos comprar por internet y en el momento en el que elegimos la impresora que íbamos a crear empezamos a reunirnos por las tardes”, ha comentado Dario, un alumno del centro Tubalcaín de Tarazona.


“En el montaje de la estructura no suele haber grandes problemas, sin embargo, lo más complicado es hacer que funcione y que lo haga correctamente”, ha puntualizado Barranquillas. Esto es lo que les ocurrió a los alumnos de Elaios. “Aunque al principio parece que es una cosa sencilla, en el fondo es bastante complicada”, ha señalado Copoví. Al mismo tiempo ha explicado que en su caso cuando ya tuvieron la impresora montada, no funcionó. “Tuvimos que desmontarla y montarla de nuevo en varias ocasiones, además de otros problemas como la obstrucción del estrusor –lugar por el que sale el plástico fundido con el que se crea la pieza-”, ha explicado. Finalmente, consiguieron su objetivo: empezaron a crear sus propias figuras.


Un final feliz que todavía no han logrado todos los centros. “El curso pasado nos quedamos atascados con el software porque al ser programas informáticos es más complicado que trabaje de manera correcta”, ha afirmado el alumno turiasonense. Durante este primer cuatrimestre han continuado con su trabajo y ya han conseguido que se ponga en marcha, aunque “no es capaz de imprimir figuras”. No obstante, los obstáculos que han ido encontrando a lo largo del camino no han hecho que desfallezcan. “Queremos continuar y al final conseguiremos imprimir”, ha asegurado. Ejemplo de ello es que uno de los miembros de este equipo decidió emprender la aventura en solitario durante sus vacaciones de verano y logró crear sus piezas.


Pero sin duda, lo mejor de todo es la experiencia que han obtenido tanto alumnos como profesores. “Lo más divertido de todo fue el montaje de la impresora y luego conseguir superar los diferentes retos que se te van planteando”, ha asegurado Dario. Lo mismo opina Copoví, “es un proceso muy largo y aparecen varios problemas, e incluso, hay momentos en los que piensa que no va a salir, pero cuando ves que funciona es el mejor momento de todos”.

Una iniciativa con visión de futuro

Todo este trabajo no va a coger polvo durante los próximos años. Muchos centros van a continuar mejorando su impresora y empezarán a fabricar, mientras que otros lo utilizan para sus propios trabajos curriculares. “Queda mucho trabajo por realizar, pero nuestra intención es que lo utilicen para los proyectos de tecnología y puedan crear engranajes, muebles de decoración, etc.”, ha explicado Javier Palacios, profesor del Colegio Inglés La Alfranca. Prueba de ello es que durante estos meses se han dedicado a fabricar piezas de calibración para que la impresora sea lo más precisa posible.