Nieves Concostrina: “Me interesan las historias de los héroes cotidianos”

La periodista presentó ayer en Zaragoza su primera novela, ‘Antonia’, que transcurre durante la guerra civil y la posguerra española.

Nieves Concostrina, ayer, en su visita a Zaragoza
Nieves Concostrina: “Me interesan las historias de los héroes cotidianos”
Oliver Duch

Antonia, la protagonista de su novela, es una mujer real que vivió la guerra civil y la posguerra, aprendió a leer a los 65 años y a jugar en Bolsa a los 70. ¿Qué le llevó a querer contar su historia?


Quise escribir la historia de Antonia porque es la historia de muchas mujeres en este país. De la guerra civil está escrito todo. Todos conocemos las versiones de los dos bandos, pero las historias domésticas, muy trágicas a veces, han quedado siempre en el ámbito íntimo de las casas porque a nadie le gusta alentar sus miserias. Me he interesado por las historias de los héroes cotidianos, que tienen mucha ‘chicha’ y que merece la pena contarlas.


Le ha llevado una década publicarla. ¿Cómo ha sido el proceso de documentación y redacción del libro?


Empecé a documentarme hace 10 años pero el trabajo se ha ido metiendo por el medio. Y me lo he tomado con calma hasta estar segura de qué quería hacer y cómo lo quería hacer. La documentación se ha basado, fundamentalmente, en la memoria de Antonia aunque también he visitado los escenarios de los que me habló. No te sabría decir si me ha costado mucho escribirla, porque no he seguido ninguna técnica ni me he planteado a quién me tengo que parecer. Quería una novela cercana, muy directa y fácil de leer ya que no quería perder al lector.


¿Y qué piensa la protagonista del resultado final de la novela?


Al principio estaba un poco asustada por dejar su vida al descubierto, una vida admirable al igual que la del resto de mujeres que han formado parte de la historia. Pero desde su perspectiva hay mucha miseria, hambre, mucha desgracia y penuria. Luego ha descubierto que la gente ha ido a felicitarla por su valentía y su lucha y por haber llegado a lo que ha llegado.


¿Son las mujeres las verdaderas protagonistas de este periodo de la historia de España?


Como dice un amigo, las guerras la hacen los hombres y la sufren las mujeres. Ellas eran las que tenían que hacer encaje de bolillos en casa, las que se quedaban viudas o huérfanas, las se asumían el cuidado de hermanos e hijos... Los hombres ponían la fuerza bruta pero, desde luego, las que tenía que sacar los niños adelante y estirar las lentejas para que comiesen más personas eran ellas.


¿Qué le debemos a esa generación de «luchadores» a los que usted dedica su novela?


Para empezar, no debemos olvidar todo por lo que han pasado, tenemos que ser conscientes de que lo pasaron realmente mal. Se merecen un aplauso por lo que han hecho. Creo que no se les tiene demasiado en cuenta. Nos parece que lo que vivieron fue hace 200 años y ni es tan lejano ni son batallitas de abuelos.


El humor es un elemento fundamental en su novela. ¿Cree que la risa es el mejor remedio para enfrentar situaciones difíciles?


La verdad es que me ha escrito mucha gente para decirme que se ha reído mucho con ‘Antonia’. Yo no he pretendido hacer nada divertido pero al parecer ha salido así. Yo soy enemiga de la sensiblería, no me gusta nada. Me alegra que dentro de la tragedia y el drama la gente se lo haya pasado bien. El humor no hay que perderlo nunca.


Se ha ganado el título de periodista funeraria.


Soy periodista, lo que pasa es que me han oído hablar de una serie de cuestiones que tienen que ver con los muertos, tanto en mis programas de radio como en las anteriores publicaciones que he hecho, pero es una etiqueta que no me molesta.


¿Cómo trata el tema de la muerte para hacerlo atractivo al público?


Con naturalidad, sin afectaciones y restándole dramatismo a las historias. Y huyendo de fantasmas, apariciones y asuntos del más allá.