La DGA prohíbe la práctica libre de 'puenting' en Murillo de Gállego tras un grave accidente

A partir de ahora, empresas, clubes y particulares tendrán que pedir permiso y seguir por seguridad unas "indicaciones"

La DGA ya ha colocado las señales advirtiendo de la prohibición
La DGA prohíbe la práctica libre de 'puenting' en Murillo de Gállego tras un grave accidente
Rafael Gobantes

El grave accidente que sufrió el pasado 11 de septiembre un joven de Huesca de 21 años cuando hacía ‘puenting’ en Murillo de Gállego –saltó al vacío sin tensar la cuerda y chocó contra unas rocas– ha llevado al Gobierno de Aragón a prohibir la práctica libre de esta actividad de riesgo en este popular puente ubicado en la A-132 donde cada año saltan alrededor de 2.000 personas.


A partir de ahora, las empresas y guías de turismo activo, los clubes de montaña y también los particulares tendrán que pedir permiso y cumplir una serie de "indicaciones" para disfrutar de esta práctica con más seguridad. Además, la experiencia se quiere trasladar a otros puentes donde también se den estos saltos.


Fuentes del departamento de Obras Públicas, Urbanismo, Vivienda y Transportes –como competente en materia de carreteras y puentes– confirman que en las últimas semanas la subdirección provincial ha mantenido reuniones con asociaciones deportivas y ayuntamientos de la zona con el objetivo de "compatibilizar la seguridad del tráfico con la de los peatones y con esta actividad turística que reporta beneficios para la zona", subrayan. Para ello, se ha trabajado conjuntamente para establecer zonas de aparcamiento y lugares en los que pueden colocarse quienes practiquen ‘puenting’ para no interferir en el tráfico y garantizar la seguridad vial.


Chus Montañés, de la empresa Locura de Vida de Ayerbe, especializada en deportes de aventura como el ‘puenting’, explica que aunque desde la DGA llevaban tiempo estudiando la posibilidad de regular o controlar esta actividad, "el accidente de septiembre lo precipitó todo". Aun así, admite que se llevaron una sorpresa el pasado 17 de noviembre cuando se encontraron dos nuevas señales en el puente de Murillo indicando que se prohibía saltar. "Se nos cayó el mundo encima porque de repente habían quitado los anclajes y no sabíamos qué iba a pasar. Aunque cuando hablamos con la DGA, enseguida estuvieron muy por la labor de darnos una solución", valora. Y es que deja claro que desde las empresas del sector están a favor de esta regulación "porque vamos a tener más garantías de seguridad".


En este sentido, recuerda que hasta ahora existía un vacío legal ya que no hay ninguna normativa en Aragón que prohíba o permita la práctica del ‘puenting’. Las empresas que ofertan esta actividad debían tener un seguro de responsabilidad civil y otro de accidentes, además de monitores titulados y material homologado porque se lo exige el departamento de Turismo. "Si pasabas la inspección, ya podías hacer ‘puenting’ aunque no te decían ni dónde ni cómo", señala. Por ello "antes llegaba cualquiera y se podía tirar".


La DGA ha colocado este fin de semana los nuevos anclajes por lo que las empresas confían en poder retomar los saltos en los próximos días. De hecho, Chus Montañés ya ha pedido autorización porque tiene reservas pendientes de las tres semanas en las que no han podido hacer ‘puenting’.


En total, se prevé que seis empresas soliciten los permisos. Otra de ellas es UR, en Murillo de Gállego. Su responsable, Gustavo Ortas, que preside la Asociación Gállego Activo, también apoya las medidas de control que ha puesto en marcha el Gobierno de Aragón. "Reglamentar nos parece bien porque es una forma de que la administración se involucre. Además, se crea legalmente el derecho a usar el puente, algo que no existía hasta ahora, y va a redundar en la seguridad ya que evitará que llegue cualquier persona con pocos conocimientos y se tire sin más", afirma.


Como resaltan desde las empresas de la zona, el puente de Murillo de Gállego en la A-132 es un lugar privilegiado para esta actividad "porque para hacer ‘puenting’ se necesitan unas medidas mínimas de forma que la anchura del puente sea inferior a la altura desde el anclaje hasta el suelo, algo que no ocurre en la mayoría de las estructuras". Además, el acceso a la parte baja es muy sencillo a través de un camino. Por último, destacan que durante el salto de 25 metros "ves el espectacular paisaje de los Mallos de Riglos".