Unos 5.000 aragoneses dejaron la ciudad para ir a vivir al campo el año pasado

Unas 60.000 personas se han trasladado de ciudades a pueblos de menos de 10.000 habitantes desde 2005.

Pese a la despoblación creciente de Aragón y del mundo rural en particular, también hay personas que deciden dejar la ciudad y se trasladan a vivir al campo. El año pasado, unas 5.000 personas siguieron este camino y en la década pasada han sido más de 60.000, según datos del Instituto Aragonés de Estadística.


Según la Estadística de Variaciones Residenciales del INE (que recoge los movimientos de altas y bajas en los padrones municipales), los municipios aragoneses de menos de 10.000 habitantes registraron el año pasado 5.445 altas de personas procedentes de localidades de más de 10.000. Contando con que una persona puede hacer varios cambios del padrón al año (aunque no es lo habitual), en torno a 5.000 personas habrían trasladado su residencia de la ciudad al campo.


A los pueblos llega gente y se va gente. El año pasado, según esta Estadística de Variaciones Residenciales, los municipios grandes recibieron 6.775 altas de vecinos que procedían de las localidades de menos de 10.000 habitantes. Además, de los pueblos pequeños se fueron unas 3.000 personas a otros municipios de menos de 10.000, y unas 8.000 a otras comunidades autónomas o al extranjero.


El traslado de residencia de la ciudad al pueblo no es un fenómeno masivo pero sí continuo en los últimos años, según reflejan las estadísticas. Desde 2005, los municipios rurales aragoneses han registrado 66.468 altas de vecinos que procedían de localidades de más de 10.000 habitantes (en Aragón hay una trece municipios que superan esa población). Y unas 61.000 personas han hecho el camino contrario: de los pueblos a las ciudades.


“El pico de altas en los municipios rurales se produjo en torno a 2006 y 2007, en pleno boom económico y de la inmigración. Los municipios rurales que más altas en el padrón concentraron fueron los que se encuentran en la horquilla entre 2.000 y 5.000 habitantes, seguidos de los de menos de 1.000 habitantes”, apunta Raúl Lardiés, profesor de Geografía de la Universidad de Zaragoza, experto en demografía y coordinador del proyecto “Contraurbanización y vivienda: nuevos flujos de población y su impacto inmobiliario en Aragón”, de la Universidad de Zaragoza.


En esta investigación, analizaron las variaciones residenciales en Aragón entre 1988 y 2010 y sus efectos en los municipios rurales. Comprobaron que hay una tendencia creciente de altas hasta 2007 y una caída brusca después. También investigaron los motivos por los que muchas personas decidían trasladarse al medio rural.Internet es básico para los 'neorrurales'

“Hay varios perfiles de gente que se traslada a vivir a las zonas rurales. Algunos son jóvenes que tras acabar sus estudios eligen vivir en el pueblo de sus raíces familiares y buscar oportunidades laborales en el medio rural. También hay gente que decide volver al pueblo tras jubilarse o tras quedar en el paro. Muchos de estos proyectos migratorios son en pareja. Y hay quien quiere dar un giro radical a su vida y empezar de nuevo en un pueblo” cuenta Raúl Lardiés.


Entre este grupo de nuevos vecinos del mundo rural (llamados popularmente ‘neorrurales’) hay muchos emprendedores ligados a proyectos turísticos, como casas rurales, bares, tiendas o empresas de deportes de aventura, señala Lardiés. “Internet es básico para vivir en un pueblo, para comunicarse y para poder comercializar sus productos. También es clave que el pueblo esté bien comunicado por carretera y cerca de una localidad grande para comprar, ir al médico o utilizar otros servicios”, afirma.