La historia de Ikran, sus tres hijas, el rito bereber y su regreso deprimida al Servet
El protocolo de una muerte súbita exige enviar al Instituto de Toxicología (de Barcelona, en este caso) restos del pulmón y corazón del bebé para determinar la causa.
No era la primera vez que había vivido ese trágico momento porque perdió de la misma manera a su primera hija de tres meses en julio de 2011. La familia se negó a que le practicaran la autopsia a la niña, lo que ya despertó sospechas. Por eso, cuando nació la segunda, en febrero de 2013, estuvo vigilada con cámaras en el Hospital Infantil por la autoridad judicial. Cuando esta segunda hija tenía un mes, la Policía determinó que hubo un episodio de un intento de asesinato y los Servicios Sociales de la DGA ya le retiraron la custodia (como ahora, tras la detención que fue el pasado lunes).
Ikran procede de una pequeña aldea del norte de Marruecos, en el Rif, y en los seis años que lleva viviendo en Zaragoza no ha aprendido el castellano. Su marido, el zapatero Mimoun, se desenvuelve muy bien con el idioma en los diez años que lleva aquí y es muy querido en Las Fuentes. "Ella es rara", confían las vecinas de la casa, "y la niña solo lloraba".
Entre el carácter de la madre, el acervo cultural del clan y el bajo nivel educativo se apoya la tesis policial de que las muertes pudieron deberse a la creencia del rito bereber del demonio Ekjrm, que supone tapar la boca al bebé para evitar que el diablo entre dentro.
Cuando Ikran vivió el suceso de la segunda niña ya tuvo que recibir tratamiento psiquiátrico en el hospital Miguel Servet. Por eso tuvieron que trasladarla el viernes desde la cárcel de Zuera a la planta de psiquiatría del Servet. Su familia le llevó ropa ayer y pudo visitarla. La juez instructora ordenó su ingreso en la prisión, imputada por los dos asesinatos de sus dos hijas (la primera y la tercera) y el intento del asesinato de la segunda, la única que vive. Su abogado Pedro Pascual lo recurrirá.
El desenlace de este drama tardará, al menos, dos semanas, hasta que lleguen los resultados de toxicología y anatomía patológica sobre los análisis del pulmón y el corazón. Según los primeros informes fue asfixia y homicidio. Ahora, la Policía deja paso a la ciencia.