Las franquicias se afianzan en Aragón y ya emplean a casi 9.000 personas

Pese a la crisis, este sistema parece consolidarse entre los consumidores en un tiempo en el que los comercios locales están cosechando sus peores datos.

Panishop
Las franquicias se afianzan en Aragón y ya emplean a casi 9.000 personas
Heraldo.

A pesar de que el consumo sigue aún aletargado, el modelo del franquiciado parece haberse hecho definitivamente con un importante hueco dentro del mapa comercial aragonés, donde las franquicias se han situado como una de las principales opciones de inversión de muchos empresarios que ven en la solidez de una marca y el respaldo de una firma los mejores cimientos para abrir un negocio.


Aunque su presencia en las calles, cada vez más habitual, ya denota el peso que han adquirido estos tipos de negocio en la Comunidad, el último informe de la consultora Tormo Franchise -especializada en este ámbito- ilustra cómo las franquicias se han reordenado tras dos años (2011 y 2012) en el que tras una época de continuas aperturas de locales decenas de ellos tuvieron que echar el cierre a consecuencia de la crisis.


El resultado, según apunta el análisis que hace esta consultora, es claro. Hoy hay menos locales de franquicias en la Comunidad, pero los que hay generan más puestos de trabajo, en concreto, 8.927 al cierre del pasado año, casi 2.500 puestos más que los que generaban la franquicia a finales de 2011 según la misma consultora, cuando curiosamente había más locales pertenecientes a franquicias de los que hay en la actualidad.


Después de que en los últimos años hayan sido las franquicias de restauración las que han llevado el pulso de aperturas y creación de puestos de trabajo, durante 2013 fueron los locales dedicados a la alimentación, a la venta al detalle y a los servicios -clínicas odontológicas, ópticas o centros de belleza en especial- los que más movimiento generaron.Menos locales, pero con más capacidad de inversión


En total, los 1.442 locales franquiciados que se ubican en la Comunidad facturaron durante el 2013 una cifra cercana a los 500 millones de euros. Un resultado que pese a no ser tan positivo como el de años anteriores parece haber equilibrado las cuentas del sector, que consiguió reinvertir durante el año pasado hasta 177 millones de euros.


Pese a esto, las franquicias no se han salvado de tener que echar el freno de mano en su crecimiento para acomodarse al actual ritmo de consumo. Durante los últimos tres años, al igual que el pequeño comercio, estas firmas han tenido que reducir drásticamente su número de locales en las Comunidad echando el cierre hasta en 322 de sus antiguas ubicaciones.


“Todo el comercio en general ha tenido que readaptarse de forma dramática al descenso del consumo. A Aragón llegó la crisis más tarde, y la recuperación del consumo aún no se ve por ninguna parte”, explica Vicente Gracia, secretario general de la Federación de Empresarios de Comercio y Servicios de Zaragoza. Un escenario que en el plano aragonés también ha afectado de lleno a las franquicias nacidas en Aragón, en torno a una veintena de firmas que van desde la alimentación -Panishop o Martín Martín- a los servicios -Passaro- o el comercio -Muebles Rey- y que según el último informe de la Asociación de Franquicias Españolas siguen lejos de los niveles de facturación previos al 2008.La convivencia entre el comercio habitual y la franquicia en el centro de la ciudad


Cuestión aparte representa la convivencia entre los habituales locales de toda la vida y las nuevas franquicias que año tras año han ido ganando locales en el centro de Zaragoza. Estas firmas han sido de las pocas en ser capaces de llenar el vacío que dejaban los cierres de negocios familiares en las calles más emblemáticas del centro de la capital aragonesa. Una nueva realidad, “que se lleva con naturalidad”, desde dentro del sector, especialmente porque la mayoría de las franquicias instaladas han sido de restauración, pero que también ha abierto el debate sobre el futuro comercial de un casco histórico cada vez más copado por pequeñas franquicias y grandes cadenas, especialmente en lo relativo a la apertura en festivos.


Desde comienzos del 2013, con la designación del Centro Histórico de Zaragoza como zona de gran afluencia turística, cualquier comercio situado entre el paseo de Echegaray y Caballero, la avenida de César Augusto y el Coso pasó a tener completa libertad de horarios a raíz del reconocimiento de estas calles como principales focos de turismo, dejando en mano de cada propietario la posibilidad de abrir todos los domingos y festivos del año. Una medida que en un principio podría tener una lectura beneficiosa para el pequeño comercio zaragozano pero que nunca ha llegado a arrancar.


“Para la mayoría de comercios abrir los domingos es inviable, no por ningún motivo en especial, sino porque hemos comprobado por experiencia y varios estudios que no se obtiene rentabilidad”, explica Vicente Gracia, quien no cree que el habitual cierre de persianas los domingos en el centro de la capital aragonesa varíe a excepción de los festivos cercanos a las navidades. Sin embargo, desde el pasado mes de octubre, Alehop, una franquicia madrileña recién instalada en Aragón ha abierto la veda al abrir todos los domingos hasta las 21.00 horas. Una tendencia que de momento no ha arrastrado a otros negocios, pero que ha vuelto a abrir el debate dejando el balón botando en el tejado de los pequeños comercios.