Las turbias aguas del río Gállego

Parece que el problema no depende del pantano sino de unos desprendimientos cercanos.

Portada de HERALDO el día 4 de noviembre de 1914
Las turbias aguas del río Gállego
HA

Terribles imágenes llegan de la guerra europea. Niños abandonados han tenido una visión horrorosa de la guerra. Son hijos de una familia de Amberes, lanzada de su hogar por la implacable metralla de la artillería alemana. La primera lección que reciben en la vida no es el himno de la paz, sino el deletreo sangriento de la guerra. Se celebró el funeral en Gerbéviller, en el campo de batalla donde yacen enterrados soldados del ejército francés. Los supervivientes han ofrendado a sus compañeros el recuerdo de la patria y el consuelo de la religión. En el norte de Francia continua la lucha con la misma violencia. Arras está destruida tras los combates más sangrientos producidos. Los pueblos ribereños del Gállego emiten justas quejas con motivo del enturbiamiento de las aguas del caudaloso río. Los vecinos de los pueblos solo han podido utilizar las aguas diez días durante tres meses. El gobernador acordó que como las turbias aguas se achacan a las obras del pantano de La Peña que éstas se suspendiesen tres días a la semana para que las aguas del Gállego pudieran aprovecharse otros tantos. Esto no solucionó el tema y el gobernador comenzó algunas gestiones para averiguar cuál es la causa real del enturbiamiento. Parece ser que el problema no depende del pantano sino de unos desprendimientos ocurridos a poca distancia de éste. El gobernador está a la espera del informe técnico para adoptar medidas enérgicas para evitar en lo posible el abuso. El jefe del gobierno ha insistido en mantener su ofrecimiento respecto a la prometida consignación en presupuestos para comenzar la realización de las soñadas obras de los grandes riegos del Alto Aragón.