Juventud y solidaridad para acabar la semana

Hay algo mejor para hacer por las mañanas que pintar un castillo? Si lo hay, que se lo cuenten a María. Porque ayer se dedicó a llenar un enorme castillo de cartón de dibujos de todos los colores que pudo. Con pincel y con las manos. ¿Qué dibujó? Pues, entre otras cosas, el Día del Voluntario de La Caixa, que se celebró ayer en el Caixaforum. Con arte y mucho pulso –y luchando contra el cierzo que amenazó con derribar el castillo en alguna ocasión–, María plasmó a su padre en uno de los muros del palacio de cartón vestido de voluntario, con camiseta oficial y todo. El retratado era Máximo Abadía, el presidente de la asociación de voluntarios de La Caixa.

Esta organización está formada por 240 voluntarios, trabajadores de esta entidad, que extienden en la capital aragonesa los objetivos propuestos por Caixa Pro-Infancia e Incopora, dos proyectos que luchan para prevenir la pobreza infantil en edad escolar y para impulsar la inserción laboral de las personas que se encuentran en riesgo de exclusión social. Abadía, quien se siente "muy orgulloso" del equipo de voluntarios que hay en Aragón, estuvo presente en el Caixaforum acompañado de todos los miembros de su familia en un acto "abierto a toda la ciudad para que así se conozca la labor de los voluntarios", explicó el presidente. Un centenar de ellos se encargaron de preparar todo para que el día de ayer fuera inolvidable y la mitad estuvieron presentes durante toda la jornada (de 10.00 a 14.00) para que todo saliera perfecto: los talleres de chapas y pulseras, las carreras de sacos, el tiro de soga, el circuito de ‘karts’ las actividades plásticas... 

Los niños se lo pasaron en grande y más lo hicieron sus padres, que descubrieron que tenían en casa pequeños Picassos o Alonsos en potencia. "La clave de este día es la familia", explicaba la gestora de acción territorial de la Obra Social La Caixa en Aragón, Sandra Usón, mientras atendía a su hija Nora, de cuatro años, que reclamaba su atención para que viera lo que había pintado. "Este encuentro es un espacio de convivencia y de inclusión social" resumió Usón. "Pretendemos que sea una confluencia de las 30 entidades colaboradoras y de todos los voluntarios". Fernando trabaja en La Caixa y ayer acudió con su mujer, Arantxa, para participar en esta jornada, ambos como voluntarios. También llevaron a sus hijos, Jorge y Alejandra, para que pasaran la mañana del sábado con otros niños de diferentes nacionalidades y etnias. "Es una forma de unirnos a todos con un aspecto lúdico", expresó Fernando, que acude todos los años al encuentro. La edición de este 2014 consiguió 

reunir a mil niños y a sus familias.

El día de ayer también tuvo programa para los adolescentes y mayores de edad que conservan un espíritu joven. La primera edición de Zona Joven Zaragoza ocupó el tiempo de los jóvenes de 12 a 30 años en una macroactividad deportiva y lúdica organizada por las casas de juventud y los Proyectos de Integración de Espacios Escolares (PIEE). 

Divida en tres espacios temáticos, la Zona Joven llenó la plaza de la Delegación de Gobierno, la fuente de Goya y las plazas de la Seo y de San Bruno. Deportes; talleres y creatividad; y solidaridad y arte urbano fueron las distintas temáticas que encandilaron a todos los adolescentes que se acercaron "al salón de la ciudad", como calificaron a la plaza del Pilar Eva Cris, del PIEE Tiempos Modernos y Cristina Casera, de la de los Enlaces. "Estamos encantadas con la cantidad de gente que ha acudido", expresaron estas educadoras sociales que califican de "muy importante" la labor que realizan las casas de juventud y los PIEE. Alrededor de 15.000 jóvenes disfrutan durante todo el año de las actividades y talleres que programan estas entidades, en colaboración con el Ayuntamiento, que subvenciona una parte. Zona Joven Zaragoza acabó la fiesta cerca de las 23.00 y también puso cierre a una jornada en la que la solidaridad, los niños y los jóvenes fueron protagonistas.