Aragón, por debajo de la media en rupturas matrimoniales

La media de rupturas en España se sitúa en 2,1 por cada 1.000 habitantes. En Aragón, en 1,7.

Canarias y Cataluña fueron en 2013, igual que el año anterior, las comunidades autónomas con más divorcios, separaciones y nulidades matrimoniales en función de su población, en tanto que Extremadura fue la autonomía con menos rupturas de pareja, mientras que Aragón está por debajo de la media.


Esa es una de las conclusiones de la Estadística de Nulidades, Separaciones y Divorcios del año 2013 que hoy publica el Instituto Nacional de Estadística (INE), que refleja que el pasado año se produjeron un total de 100.437 sentencias de nulidades, separaciones y divorcios.


Por cada 1.000 habitantes hubo 2,1 rupturas en España, una tasa que superan ampliamente Canarias (3,0) y Cataluña (2,5), además de la Comunidad Valenciana (2,4), Baleares (2,3), Asturias y Madrid (2,2 en cada caso), al igual que las ciudades autónomas de Ceuta (2,8) y Melilla (2,3).


En la media nacional está Andalucía y por debajo Murcia, Cantabria, Galicia y La Rioja (2 casos por cada mil habitantes), País Vasco, Navarra, Castilla-La Mancha, Castilla y León y Aragón (1,7) y, en último lugar, Extremadura (1,4).


En términos absolutos, Cataluña aparece en primer lugar, con 18.484 disoluciones matrimoniales. Son casi 1.500 menos que en 2012 (19.899), en buena parte debido al descenso de la población.


A continuación aparece Andalucía, con 17.477 rupturas, cuando el año anterior se produjeron 20.450.


Le siguen Madrid, con 13.913 (por 15.387 de 2012), y la Comunidad Valenciana, con 12.060 (12.834). En el caso de Canarias sí se ha producido un incremento en términos absolutos, al pasar de 6.006 a 6.363.


La Rioja (633) y Navarra (1.102) son las autonomías con menor cifra total de rupturas.

Los únicos territorios en los que aumentó la tasa de disoluciones matrimoniales fueron Canarias, donde pasó de 2,87 por cada mil habitantes en 2012 a 3,0 en 2013, y Ceuta, de 2,6 a 2,8.


En el resto se redujo, con la excepción de Castilla y León y La Rioja, donde permaneció estable.


Las nulidades, separaciones y divorcios se adscriben a las comunidades autónomas según el órgano judicial que dicta la sentencia y no del lugar de residencia o de nacimiento de los cónyuges.