Caldearenas envía una queja al Gobierno por su gestión tras el vertido del viernes

La Confederación se compromete con los alcaldes de la cuenca del Gállego a informarles de los resultados de los análisis del río

Un momento de la reunión entre el presidente de la CHE y representantes de los pueblos afectados.
Caldearenas envía una queja al Gobierno por su gestión tras el vertido del viernes
O. Duch

El Ayuntamiento de Caldearenas enviará una queja al Gobierno de Aragón por la gestión de la crisis del lindano durante el pasado fin de semana, cuando se prohibió durante 24 horas beber agua del grifo a los vecinos de Caldearenas y dos de sus núcleos, Latre y Anzánigo, debido al incremento en los niveles de pesticida presente en el río Gállego, del que se abaste. Este fue uno de los puntos aprobados en el pleno extraordinario y urgente celebrado ayer en este municipio de la comarca oscense del Alto Gállego. 


"No se puede llamar y decir que ahora no se puede beber y luego que sí", apuntó el alcalde de Caldearenas, Alejandro Castán, quien también se mostró molesto por "la manera en la que se ha actuado" y la falta de información sobre el episodio de contaminación que afecta a toda la cuenca. 


Cabe recordar que la prohibición tuvo su origen en un vertido incontrolado de aguas residuales que se produjo el viernes por la tarde en el vertedero de Bailín (Sabiñánigo), al rebosar una arqueta. Pero este hecho no fue comunicado por el Gobierno de Aragón a la Confederación Hidrográfica del Ebro hasta primera hora del sábado, mientras que al Ayuntamiento se le avisó a las 14.00 de ese día de que los vecinos de esos tres núcleos no podían beber del grifo. Pero la versión que les dieron es que la restricción se debía a las tormentas caídas, que podrían haber provocado un aumento de la contaminación del río, que en las últimas semanas ha dejado a seis pueblos con restricciones aguas abajo. En ningún momento explicó el alcalde, les hablaron del vertido. 


Además, el Ayuntamiento de Caldearenas solicitará a la DGA que "garantice y asegure" el suministro de agua de boca a todos sus núcleos con tomas del río Gállego. En el pleno se informó de que en breve se va a proceder a la limpieza del depósito de agua de Anzánigo y a la instalación de filtros de carbón activo en esta población. En este sentido, también reclamarán estas mismas medidas en Javierrelatre, Latre y Estallo, además de pedir nuevas captaciones alternativas en estas localidades situadas entre Sabiñánigo y el pantano de La Peña. El Instituto Aragonés del Agua reiteró ayer que colocará filtros en estos pueblos que utilizan el agua del río como complemento a otros sistemas de abastecimiento.


Por otra parte, el Consistorio de Caldearenas reclamará información sobre el vertedero de Sardas y el de Bailín, además de todos los análisis del agua que se están realizando, e incluso no se descarta que el propio Ayuntamiento encargue sus propios controles. 


Precisamente la necesidad de recibir más información fue una de las reivindicaciones que plantearon ayer los alcaldes afectados en la reunión que mantuvieron en la sede de la Confederación Hidrográfica del Ebro con el presidente del organismo de cuenca. Xavier de Pedro. Este se comprometió a hacer llegar a los ayuntamientos por correo electrónico "todos los datos" de los controles sobre la calidad del agua del río que se vayan realizando. "Ahora queda que lo haga también el Gobierno de Aragón una vez que recuperemos el suministro de agua potable", señaló el alcalde de Santa Eulalia de Gállego, José Antonio Casaucau, como portavoz de los municipios afectados. Piden coordinación de todos

En este encuentro también pidieron que se actúe en la descontaminación de los vertederos con residuos de Inquinosa y del río, si bien Casaucau reconoció que resultará "muy complejo". "Es un problema que va a tardar en resolverse y que requiere mucha coordinación de todas las administraciones", asumió.


"La palabra clave de esta reunión es la coordinación y colaboración entre todas las administraciones públicas, que es lo que piden los ayuntamientos", admitió por su parte De Pedro. Coincidió en la necesidad de actuar en los focos de la fábrica de Inquinosa y los vertederos de Sardas y Bailín, pero "con un proyecto adecuado y plenas garantías", señaló en alusión a lo ocurrido en este último.